La misión de la Iglesia es anunciar la Palabra de Dios

Por: Monseñor José Libardo Garcés Monsalve, Obispo de la Diócesis de Cúcuta

Avanzamos en este mes de septiembre que en sus co­mienzos ha estado dedica­do a orar por la paz, recibirla en el corazón como don de Dios y llamados a trasmitirla a nuestros hermanos, y ahora seguimos con esa intención, reforzando nuestro compromiso con la escucha aten­ta de la Palabra de Dios, con el llamado que nos hace la Iglesia y nuestra Diócesis de Cúcuta a re­flexionar sobre el contenido de las Escrituras en la próxima Semana Bíblica para la que nos prepara­mos, que fortalecerá el Proceso Evangelizador de la Iglesia Par­ticular, que este mes tiene como lema: “El amor todo lo puede, sigamos adelante”.

El llamado insistente que el Papa Francisco nos sigue haciendo es el fortalecimiento en la Iglesia de la conciencia misionera, que es el mandato de Jesucristo des­de los orígenes: “Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos y bautícenlos para consagrar­los al Padre, al Hijo y al Espí­ritu Santo, enseñándoles a po­ner por obra todo lo que les he mandado. Y sepan que yo estoy con ustedes todos los días has­ta el final de los tiempos” (Mt 28, 19-20), como una invitación a compartir la fe con los herma­nos, que hoy se hace realidad en nuestra Iglesia particular que está en salida misionera y desea trans­mitir la Palabra de Dios por todas partes.

La misión de la Iglesia es anun­ciar la Palabra de Dios a tantas personas que no conocen a Jesús, para ello, el Papa Francisco lo re­cuerda como la tarea prioritaria de la Iglesia: “quiero recordar aho­ra la tarea que nos apremia en cualquier época y lugar, porque no puede haber auténtica evan­gelización sin la proclamación explícita de que Jesús es el Se­ñor, y sin que exista un prima­do de la proclamación de Jesu­cristo en cualquier actividad de evangelización” (EG 110), que está contenido en la Palabra de Dios y por esta razón, la fuente de la predicación y la evangelización se encuentra en las Sa­gradas Escrituras, que contienen la fuente de nuestra salvación.

La Evangelización es tarea de la Iglesia, entendiendo aquí el llamado a todos los bautizados a trasmitir el Evangelio de Nues­tro Señor Jesucristo a los demás, porque ese tesoro que se recibe no puede quedar escondido, hay que comunicarlo a otros para que también tengan la alegría de cono­cer a Jesús. Así nos lo enseñó el Papa Benedicto XVI en ‘Verbum Domini’: “No podemos guardar para nosotros las palabras de vida eterna que hemos recibido en el encuentro con Jesucristo: son para todos. Toda persona de nuestro tiempo, lo sepa o no, ne­cesita de este anuncio. El Señor mismo, suscita entre los hom­bres nueva hambre y sed de las palabras del Señor. Nos corres­ponde a nosotros la responsabi­lidad de transmitir lo que, a su vez, hemos recibido por gracia” (VD 91).

Con esto, todos los cristianos entendemos que la misión de la Iglesia de transmitir la Palabra de Dios, no puede ser algo opcio­nal, ni un agregado a nuestra vida de fe, esperanza y caridad, sino que es el núcleo de nuestro ser de cristianos que estamos llama­dos a comunicar como prioridad en nuestra vida, pues se trata de participar en la vida y misión de la Iglesia, escuchando la voz del Espíritu Santo que nos ilumina la manera como debemos comu­nicar hoy a Nuestro Señor Jesu­cristo.

Se hace necesario para los cristianos redescubrir cada vez más la prioridad y la urgencia de anunciar la Palabra de Dios, para que el Reino de Jesucristo llegue y crezca en todos los corazones y familias de nuestras comunida­des cristianas. Esta tarea corres­ponde a cada uno de nosotros, así lo repite el Papa Benedicto XVI cuando afirma que “la misión de anunciar la Palabra de Dios es un cometido de todos los discí­pulos de Jesucristo, como con­secuencia de su bautismo. Nin­gún creyente en Cristo puede sentirse ajeno a esta responsa­bilidad que proviene de su per­tenencia sacramental al Cuer­po de Cristo. Se debe despertar esta conciencia en cada familia, parroquia, comunidad, asocia­ción y movimiento eclesial. La Iglesia como misterio de comu­nión, es toda ella misionera y, cada uno en su propio estado de vida, está llamado a dar una contribución incisiva al anun­cio cristiano” (VD 94).

Con este llamado que hace Bene­dicto XVI a todos a participar en la misión de la Iglesia de trasmitir la Palabra de Dios por todas par­tes, invito a todos los bautizados, familias, parroquias, comunida­des cristianas, asociaciones y mo­vimientos apostólicos de nuestra Diócesis de Cúcuta a redoblar los esfuerzos por la evangelización y cada uno desde su carisma y don que ha recibido del Espíritu San­to se ponga en salida misionera, para transmitir la fe a otros que no conocen a Jesús, porque “la actividad misionera representa aún hoy día el mayor desafío para la Iglesia y la causa misio­nera debe ser la primera” (EG 15).

Como cristianos comprometi­dos sigamos en salida misionera, anunciando la Palabra de Dios por todas partes. Que esta Sema­na Bíblica (del 25 de septiembre al 2 de octubre) que vamos a vi­vir juntos, sea un momento espe­cial de gracia para interiorizar la Palabra de Dios, conocer y amar más a Jesucristo y comunicarlo a nuestros hermanos, incluyendo a aquellos que no lo conocen o lo rechazan abiertamente. Que la Santísima Virgen María y el glo­rioso Patriarca san José, alcan­cen del Nuestro Señor Jesucristo el fervor misionero para cumplir con la misión de la Iglesia de anunciar la Palabra de Dios por todas partes.

En unión de oraciones, reciban mi bendición.

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