Con 12 desafíos planteados, concluyó la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe

Foto: vaticannews.va

La Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, organizada por el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), se realizó del 21 al 28 de noviembre de 2021 en la ciudad de México, donde aproximadamente 1.000 asambleístas, 200 obispos, 200 sacerdotes y diáconos, 200 religiosos, 400 laicos y personas con diferentes realidades, participaron en modalidad virtual y presencial (sede de la Conferencia Episcopal Mexicana).

Durante el encuentro, se abordaron diversos temas, bajo el lema: “Todos somos discípulos misioneros en salida”; cada día, a través de las redes sociales, se compartieron las actividades donde toda la comunidad participó, entre ellas, momentos de oración, con el rezo del Santo Rosario, la Sagrada Eucaristía, vigilia, serenatas a la Virgen de Guadalupe, y conversatorios con especialistas de la Iglesia Católica en América Latina, el Caribe y el Vaticano.

El domingo 26 de noviembre, el Papa Francisco envió un mensaje de reflexión sobre la escucha, recordándoles a los participantes que, “el dinamismo de las Asambleas Eclesiales está en el proceso de escucha, diálogo y discernimiento”. Como resultado en este tiempo de escucha, los asambleístas elaboraron 12 desafíos que deben trabajar todos los actores de la Iglesia, con el objetivo de crear un proceso de conversión pastoral, donde sea cada vez más evangelizador y misionero.

Así mismo, se anunció que a partir de febrero de 2022 se llevarán a cabo Asambleas Eclesiales por países, enlazadas con el proceso sinodal iniciado en octubre de 2021.

Desafíos

  1. Reconocer y valorar el protagonismo de los jóvenes en la comunidad eclesial y en la sociedad como agentes de transformación.
  1. Acompañar a las víctimas de las injusticias sociales y eclesiales con procesos de reconocimiento y reparación.
  1. Impulsar la participación activa de las mujeres en los ministerios, las instancias de gobierno, de discernimiento y decisión eclesial.
  1. Promover y defender la dignidad de la vida y de la persona humana desde su concepción hasta la muerte natural.
  1. Incrementar la formación en la sinodalidad, para erradicar el clericalismo.
  1. Promover la participación de los laicos en espacios de transformación cultural, político, social y eclesial.
  1. Escuchar el clamor de los pobres, excluidos y descartados.
  1. Reformar los itinerarios formativos de los seminarios incluyendo temáticas como ecología integral, pueblos originarios, inculturación e interculturalidad y pensamiento social de la Iglesia.
  1. Renovar, a la luz de la Palabra de Dios y el Vaticano II, el concepto y experiencia de Iglesia Pueblo de Dios, en comunión con la riqueza de su ministerialidad, que evite el clericalismo y favorezca la conversión pastoral.
  1. Reafirmar y dar prioridad a una ecología integral en las comunidades, a partir de los cuatro sueños de ‘Querida Amazonía’.
  1. Propiciar el encuentro personal con Jesucristo encarnado en la realidad del continente.
  1. Acompañar a los pueblos originarios y afrodescendientes en la defensa de la vida, la tierra y las culturas.
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