Reunido con su presbiterio diocesano, el Obispo de Cúcuta, diáconos, seminaristas, comunidades religiosas, movimientos apostólicos, agentes pastorales y comunidad en general, celebraron la “Clausura del Año Jubilar” en la Diócesis de Cúcuta, promulgado por el Papa Francisco, con motivo del 60º aniversario de su fundación.
La Eucarística se realizó en la Catedral San José de Cúcuta, estuvo presidida por Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, quien durante la homilía se refirió al tiempo de gracia y bendición, de perdón de nuestros pecados; que permitió vivir el Año Santo en la Diócesis y de recibir la gran abundancia de la misericordia de Dios.
“El Señor nos convoca para celebrar la Eucaristía, en acción de gracias a Dios, en primer lugar por el don de la salvación que nos ofrece Jesucristo, salvación que es vida y esperanza para todos nosotros, los que creemos en Jesús, concluyendo el Jubileo Diocesano; que no has regalado excepcionalmente el Santo Padre, el Papa Francisco, con un reescrito de la Penitenciaria Apostólica recordando la creación de esta Iglesia particular por el Papa Pio XII”, explicó Monseñor Víctor Manuel.
Es un momento de gracia, para nuestra Iglesia, por todos los beneficios espirituales que hemos recibido a lo largo de este Año Jubilar, en la Santa Iglesia Catedral, en los templos de San Luis, de San Antonio de Padua y en la Parroquia de Nuestra Señora de Lourdes en Lourdes, “Cuantos momentos de gracia y misericordia hemos vivido este año».
Monseñor invitó a los sacerdotes a dar la “Buena noticia”, una noticia que nos hace feliz a todos, “Cristo regala alegría”, ustedes van salir de aquí llenos de alegría, vamos a salir todos llenos de alegría, porque hemos encontrado a Jesús y podemos decir como Pedro, “Tu eres el Mesías el hijo de Dios”.
Durante su homilía el Obispo mencionó, que la Iglesia de Cúcuta tiene dos grandes tareas: “primero, que la Iglesia tiene que encontrarse con los hombres, pero la Iglesia tiene también que mostrar que solo él, Cristo, nos salva; en segundo lugar que la Iglesia de Cúcuta, tiene que ser signo y sacramento de salvación”.
El Obispo de Cúcuta, destacó la importancia del Año Santo, exhortó a todos los fieles a “favorecer la virtud de la caridad y la misericordia en nuestra Iglesia Particular”, además reveló el plan que tiene la Diócesis de Cúcuta para seguir evangelizando en la fe, “Nuestra Iglesia tiene un plan, una estrategia, como el ladrón que quiere entrar a una casa y cuida las puertas, cuida las entradas y las salidas, nosotros nos queremos robar el alma de todos los cucuteños; todos para Cristo, tenemos un plan para robar almas, tenemos un plan para llevar hombres y mujeres al cielo; ese es nuestro Plan Pastoral y Cristo tienen que manifestarse, y permitirnos un encuentro personal con Jesús”.
El Jubileo Diocesano nos invita a vivir una vida comprometida con la moral cristiana, a vivir una historia de fe que se manifiesta en la caridad. De otra parte Monseñor, recordó la labor de la Iglesia de Cúcuta y la solidaridad con la población migrante de colombianos y venezolanos: “Hemos repartido más de 130.000 almuerzos en la Diócesis de Cúcuta, durante estos últimos meses, gracias a la misericordia y caridad de los fieles”.
Finalmente Monseñor Víctor Manuel Ochoa, expresó con gratitud el trabajo pastoral de Monseñor Luis Pérez Hernández, Monseñor Pablo Correa León y Monseñor Jaime Prieto Amaya, “Ellos desde el cielo velan y piden por nosotros, su obra ha sido testimonio vivo de Cristo en la vida episcopal”, también el Cardenal Pedro Rubiano Sáenz, el señor Cardenal José Rubén Salazar Gómez, Monseñor Luis Alberto Jaramillo, Monseñor Óscar Urbina Ortega y Monseñor Julio Cesar Vidal Ortiz; quienes han sido feroces pastores de esta Iglesia, a ellos nuestra gratitud.
Celebramos con inmensa alegría la Clausura del Año Santo por los 60 años de la Diócesis de Cúcuta, el Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres por su bondad y misericordia. Esta celebración nos compromete a todos como Iglesia a continuar nuestro caminar pastoral haciendo de Cristo nuestra vida y nuestra luz. Que el Señor continúe bendiciendo esta Iglesia para que sea verdadera discípula y Misionera.