Una parroquia por decanato fue seleccionada para que los fieles se acercaran el 5 y 6 de marzo, en cualquier momento del día, a establecer un espacio de encuentro con el Señor en este tiempo de Cuaresma que representa un camino de reconciliación y encuentro interior.
El padre César Prato, párroco de San Antonio de Padua, uno de los templos habilitados para vivir estas “24 horas para el Señor”, destacó que fue una jornada enriquecedora para la Iglesia que nos hace más fraternos, solidarios y al tiempo creer en la Iglesia de Jesucristo. “Esta experiencia nos ayudó a que muchos de nuestros hermanos se acercaran a la oración y sacramento de la reconciliación”, puntualizó.
El papa Francisco en la homilía que pronunció poco antes de dar inicio a esta jornada de oración, ante miles de fieles, recordó que “el pecado también tiene este efecto: nos empobrece y aísla”. “Es una ceguera del espíritu, que impide ver lo esencial, fijar la mirada en el amor que da la vida; y lleva poco a poco a detenerse en lo superficial, hasta hacernos insensibles ante los demás y ante el bien”.