Durante su homilía el obispo destacó el cariño que siente por esta Iglesia Particular de cual se despide “por amor a Dios, a la Iglesia y a esta Diócesis (…) Los llevo en el corazón”, afirmó el prelado, quien también recordó la grandeza del Ministerio que los jóvenes en formación para el sacerdocio, Pedro Andrés Daza Correa, Robinzon Ibarra Buendía, Gabriel Peña Arciniegas y Víctor Eduardo Saravia Castellanos, recibieron, al ser ordenados Diáconos.
La renuncia de Monseñor Julio César Vidal Ortiz al gobierno pastoral de esta Diócesis se hizo pública el 24 de julio. Dos razones fundamentales motivaron la decisión del prelado, la primera, de carácter pastoral, ante el proceso de revisión y proyección que vive la Iglesia de Cúcuta y la segunda, orientada a su deseo de “cualificar su servicio al Señor y a la Iglesia y su vida”.
“Estos aspectos me han hecho pensar que se necesitan fuerzas nuevas, que retomen este proceso en beneficio del dinamismo pastoral, ahora que proyectamos una nueva etapa del Plan Global Diocesano de Nueva Evangelización, que son nueve años. Es importante que venga un nuevo aporte que enriquezca, renueve y fortalezca el caminar de esta Iglesia Particular de Cúcuta (…) Asimismo, quiero dedicar mis últimos años de vida a una labor más cualificada (Misiones – visitas, estudio). Una labor de buscar mayor crecimiento personal que me lleve al Señor. Cultivar la oración, la lectura y el estudio.
Grandes frutos para esta Diócesis
Dentro de las diversas acciones pastorales y evangelizadoras lideradas por Mons. Julio César Vidal Ortiz en esta Diócesis se destacan:
Su decisión de dedicar especial acompañamiento a los sacerdotes y seminaristas, abriendo espacio diario para la atención a los presbíteros, esmerándose en la preparación de su acompañamiento espiritual y pastoral, enfatizando en la importancia de la santidad de vida, la amistad sacerdotal, el testimonio personal y el compromiso pastoral. Todos los jueves, durante el ejercicio de su ministerio episcopal en Cúcuta se encontró con los seminaristas.
La realización del Año de la fe, que logró, en palabras de él, “despertar la conciencia cristiana de muchos sacerdotes,religiosos(as) y laicos.
El impulso misionero que animó en esta Diócesis, destacándose la “Misión Diocesana”, que involucró mil misioneros voluntarios. Por otra parte, sacerdotes diocesanos prestan ayuda pastoral en Bogotá y en la Diócesis de Pinar del Río en Cuba. Hay solicitud de otras Diócesis a nivel internacional.
La capacitación al clero: cinco sacerdotes se encuentran formándose, dentro y fuera del país en áreas como: psicología, teología dogmática, comunicación, patrística y pastoral juvenil.
Dentro de la acción pastoral y social se subrayan proyectos como: JUAN (Jóvenes Artífices de una Nueva Sociedad); la campaña ‘No matarás’, adelantada con la Administración Municipal; los aportes al Plan de desarrollo Departamental, los frutos del Mercatón, de las Campañas de Comunicación Cristiana de Bienes; la conformación de Gran Alianza, conformada por varias ONGs y las seis Universidades de la región; el fortalecimiento de diversos programas de la pastoral social, la proyección de los medios de comunicación diocesanos; el proyecto del Instituto Diocesano de formación, de la casa para el sacerdote, los avances en el proyecto de atención a los farmacodependientes, el trabajo a favor de la vida; el especial empeño e impulso en el desarrollo del Sínodo Diocesano; su presencia permanente y cercana en las comunidades parroquiales y muchas otras acciones que dan cuenta de su entrega y compromiso en este servicio a la Iglesia de Cúcuta.