Con un rol protagónico de la Iglesia, espacios para la resolución de inquietudes e intervenciones reflexivas entorno a la reconciliación como una responsabilidad de todos, se desarrolló el Foro Regional – Diálogo Social para la Reconciliación y el Postconflicto en el que la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) se hizo presente en la ciudad de Ibagué, a través de la Comisión de Conciliación Nacional (CCN).
Más de 300 participantes se reunieron el pasado 15 de junio, entre estudiantes de colegios y universidades, líderes sociales y comunitarios, funcionarios públicos, indígenas y agentes pastorales, provenientes de diferentes lugares del departamento, se hicieron presentes en este evento que tenía como objetivo facilitar un espacio sano de encuentro y diálogo entre miembros de la comunidad y representantes de diversos actores como la Iglesia Católica, el Gobierno Nacional y Departamental, la Misión de Verificación de la ONU en Colombia y las FARC, sobre la implementación de los Acuerdos de Paz, la búsqueda de caminos que conduzcan a la reconciliación y la construcción de paz en Colombia, desde lo territorios.
La mesa principal del diálogo, organizado por la Arquidiócesis de Ibagué y la Comisión Regional de Conciliación y Paz del Tolima (CRC), y apoyado por la Comisión de Conciliación Nacional (CCN), estuvo ocupada por: Monseñor Miguel Fernando González Mariño, Obispo Auxiliar de Ibagué; el Padre Darío Echeverri, Secretario General de la CCN; Antonio Melo, Presidente Ejecutivo de la CRC del Tolima; Hugo Patarroyo, Alto Consejero para Posconflicto de la Gobernación del Tolima; Valentina Erazo de la Alta Consejería Presidencial para los Derechos Humanos; Enrique Sánchez Airas, Jefe de la Oficina Subregional de Bogotá (Misión de la ONU en Colombia); y Richard Romero, representante de las FARC, ubicado en la Zona Veredal Transitoria de Normalización El Oso, en Gaitania, Tolima.
En la primera parte del encuentro, el padre Darío Echeverri, Secretario General de la CCN, fue enfático frente a la importancia de tener presente la diferencia entre los términos postnegociación y postconflicto para hablar de paz en un lenguaje común, afirmó: «Una cosa es la postnegociación y otra el postconflicto. Si los Acuerdos de Paz firmados con las FARC no se implementan adecuadamente, no podemos hablar de postconflicto. Si éste, por el contrario, se llega a consolidar, podemos soñar con la paz desde este nivel».
Para Valentina Erazo de la Alta Consejería Presidencial para los Derechos Humanos, la paz no puede ser abstracta, por lo que requiere de una legitimización, apropiación y compromiso por parte de todos los colombianos. De acuerdo con la funcionaria, la paz tiene que ver también con acciones cotidianas y cambios puntuales en la forma de relacionamiento diario que nos ayuden a transformar nuestros entornos. “Necesitamos sembrar en nuestras generaciones futuras un cultura de educación por la defensa de los derechos humanos”, agregó.
El contexto histórico regional sobre el conflicto estuvo a cargo de Antonio Melo, Presidente Ejecutivo de la Comisión Regional de Conciliación y Paz del Tolima, quien, tras poner en común los principales hechos que han marcado a ese territorio y sus comunidades desde el nivel de la violencia y que se convierten en impulso para seguir construyendo caminos que conduzcan a la verdadera paz, afirmó que el reto de esa institución consiste en seguir multiplicando el lenguaje de la reconciliación y facilitando espacios pedagógicos en el departamento.
La moderación del diálogo la realizó Jaime Daniel Bernal, miembro de la Comisión Regional de Conciliación y Paz, quien compartió con los asistentes tres pautas específicas para hablar en ese espacio sobre reconciliación y paz: hacer memoria para no repetir y poder perdonar, respetar las diferencias y estar dispuestos a ayudar a curar los dolores que nos ha causado la guerra. “Mejor hablemos con intervenciones respetuosas, que la vida sea la principal razón en este espacio de trabajo por la paz”, agregó el tolimense.
De acuerdo con Richard Romero, representante de las FARC en este diálogo, quien durante su intervención ofreció perdón a los asistentes por todos los daños causados a la sociedad colombiana y realizó una breve explicación de los puntos generales de los acuerdos, es motivo de orgullo estar dejando las armas y poder así empezar a aportarle al país desde la política; “nosotros queremos construir proyectos solo desde la paz”, agregó el excombatiente.
Enrique Sánchez Airas de la Misión de la ONU en Colombia, quien hizo un balance de la implementación, dio a conocer el papel de ese organismo de verificación en medio de este proceso, y respondió a dudas sobre temas como la dejación de armas y la seguridad de las comunidades en las que se encuentran ubicadas las Zonas Veredales Transitorias de Normalización (ZTVN), afirmó que la Iglesia Católica, a través de sus párrocos, tiene un rol protagónico por su presencia en los territorios, y su credibilidad para acompañar y facilitar procesos de reconciliación allí.
Tras las respuestas de los invitados de la mesa central frente a los diversos interrogantes manifestados por los asistentes, el cierre de la jornada estuvo a cargo del Padre Darío Echeverri, quien con gran emotividad manifestó: “Para que haya reconciliación no solo necesitamos indemnización para las víctimas sino también una verdadera reparación. Colombia con acuerdos de paz firmados pero sin reconciliación seguirá siendo la misma. Mejor Colombia con pactos de paz firmados pero ‘reconciliaditos’ para que los colombianos cantemos el himno del Tolima, cantémoslo con fe, devoción y alegría (…) y el de Colombia, pero reconciliaditos y en paz.”
De acuerdo con Monseñor Fernando González Mariño, Obispo Auxiliar de Ibagué, estos espacios de encuentro y diálogo son de gran valor para la comunidad y prioridad para la Arquidiócesis de Ibagué, por lo que la tarea deberá ser continuar facilitándolos y acompañándolos.
Fuente: Of. Comunicaciones Comisión de Conciliación Nacional