Fotos: Centro de Comunicaciones Diócesis de Cúcuta
La Diócesis de Cúcuta celebró la Solemne Misa Crismal, presidida por el Obispo de esta Iglesia particular, Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, este jueves 11 abril en la Catedral San José de Cúcuta, donde se consagró el Santo Crisma y fueron bendecidos los santos óleos (catecúmenos y de los enfermos).
Monseñor Víctor Manuel invitó a la solemnidad a Monseñor Mario del Valle Moronta, Obispo de la Diócesis de San Cristóbal (Venezuela) y una parte de su presbiterio, como signo de hermandad. “Con profunda alegría recibo a Monseñor Mario, a quien hemos acompañado con sentida caridad, porque nos une la fraternidad y el amor de Cristo”, expresó Monseñor Víctor Manuel.
El Obispo de Cúcuta en su homilía recalcó que la Misa Crismal “nos recuerda la Cruz, que Cristo lava nuestros pecados”. Esta celebración “es la expresión de la iglesia diocesana que vive en la liturgia la unidad en torno al altar (…) el Señor en su bondad nos reúne como comunidad cristiana, como hijos convocados por Él, para compartir su cuerpo y su sangre”. Explicó.
Además, otro de los momentos culmen es la renovación de las promesas sacerdotales. Dijo Monseñor: “Vivimos hoy un misterio de amor”, terminada la homilía, preguntó a los sacerdotes sobre la disponibilidad de renovar los compromisos del sacerdocio, ante lo cual todos prometieron unirse más a Cristo, ser fieles ministros y conducir a otros a Él.
Por su parte, Monseñor Moronta intervino y manifestó que la unidad de los Obispos, como la que tienen él y Monseñor Víctor, es un ejemplo para el mundo de comunión y es un llamado para construir en la Iglesia la humildad, sencillez, caridad y fe.
“Mi gratitud a todos, autoridades civiles, militares, a todo el pueblo de Dios, al Obispo, a la Diócesis de Cúcuta por ser siempre un signo de cariño que une a ambos países”, expresó el Obispo de San Cristóbal y añadió: “Le pido a Dios que en esta Semana Santa el viacrucis que estamos viviendo en Venezuela, llegue a su meta en la Pascua liberadora”.
Finalmente, la Diócesis de Cúcuta, como en anteriores ocasiones, dispuso una donación de hostias y vino para que en Venezuela puedan celebrar el misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.