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En la Basílica de Santa Sabina, el Papa Francisco presidió la Misa de Miércoles de Ceniza y el rito de bendición e imposición de las cenizas; y alentó a los fieles a seguir tres acciones para “recalentar el corazón creyente” ante las tentaciones que “cauterizan y paralizan el alma”.
- Detente:Francisco invitó de dejar “de correr sin sentido” porque “llena el alma con la amargura de sentir que nunca se llega a ningún lado”. “Detente de ese mandamiento de vivir acelerado que dispersa, divide y termina destruyendo el tiempo de la familia, el tiempo de la amistad, el tiempo de los hijos, el tiempo de los abuelos, el tiempo de la gratuidad… el tiempo de Dios”.
- Mira: “Los signos que impiden apagar la caridad, que mantienen viva la llama de la fe y la esperanza. Rostros vivos de la ternura y la bondad operante de Dios en medio nuestro” así como “el rostro de nuestras familias que siguen apostando día a día, con mucho esfuerzo para sacar la vida adelante y, entre tantas premuras y penurias, no dejan todos los intentos de hacer de sus hogares una escuela de amor”.
- Vuelve: ¡vuelve! sin miedo, este es el tiempo oportuno para volver a casa; a la casa del Padre mío y Padre vuestro (cf. Jn 20,17). Este es el tiempo para dejarse tocar el corazón… Permanecer en el camino del mal es sólo fuente de ilusión y de tristeza. La verdadera vida es algo bien distinto y nuestro corazón bien lo sabe. Dios no se cansa ni se cansará de tender la mano (cf. Bula Misericordiae vultus, 19).