Por: Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid
En Colombia hay expectativa: ¡Viene el Papa! Todos estamos alegres y comienzan a contarse los días, los medios de comunicación social comienzan a mostrarnos frecuentemente argumentos y temas que se refieren a esta gran visita.
Pero también podríamos decir: “vuelve el Papa”, porque entendemos que la Visita del Sucesor de Pedro será siempre un reencuentro con el ministerio del Pescador de Galilea al que Jesús, un día le encomendó el pastoreo de la Iglesia.
A Colombia la han bendecido ya dos sucesores de Pedro: El Beato Paulo VI y San Juan Pablo II. En misteriosa coincidencia, ya los dos, uno beatificado y otro canonizado, nos miran desde los altares y renuevan su bendición sobre esta tierra amada.
Ahora “vuelve” Pedro en la persona del Papa FRANCISCO. Ya todos sabemos que su viaje a Colombia no es el de un personaje internacional, sino una Peregrinación Apostólica, un Viaje Apostólico, en el cual quiere llevarnos a DAR EL PRIMER PASO hacia la consolidación de la Paz.
Estas bellas palabras encierran el verdadero sentido de este camino que ya se ha iniciado en el corazón del Papa FRANCISCO y en el alma de Colombia, porque el Papa, como Jesús lo ha determinado en el Evangelio, viene a “confirmar a sus hermanos” (Lc 22, 32) en la fe que sembraron con amor tantos evangelizadores.
Pedro vuelve, -FRANCISCO lo hace presente- como Obispo de Roma, y su Sucesor en esa Cátedra- a celebrar con todos la fe de la Iglesia, a contarle a Colombia que el Evangelio está vivo y que el poder redentor del sacrificio de Cristo quiere sanar las heridas del odio y del rencor, quiere proponerle a este País maravilloso “el primer paso” hacia una comunidad fraterna, justa, comprometida con la vida de los Hijos de Dios que peregrinan en esta patria tan amada.
FRANCISCO, el Papa actual, ha sabido hacer suyo uno de los títulos más dicientes del Sucesor de Pedro: “Siervo de los siervos de Dios”, para ponerse al servicio del Evangelio y para entregarnos la Palabra de la Esperanza, la luz de la fe, la calidez de la misericordia, la novedad constante de la Iglesia que no es simplemente una estructura organizativa, sino un cuerpo vivo que sufre, ama, espera, crece en la certeza del amor de Dios.
El Papa es un peregrino que viene a encontrar a Cristo en el corazón de este pueblo. El Beato Paulo VI lo dijo con una fe profunda en la Misa que celebró en 1968 en Mosquera: “vosotros sois Cristo para nos”, al reconocer en cada colombiano la presencia del amor salvador de Jesús. San Juan Pablo II, trajo “La paz de Cristo por los caminos de Colombia”, fue un testigo de santidad y de vida de fe, en forma profunda, casi mística.
El Papa FRANCISCO es un peregrino que hace apostolado, es decir, que vuelve sobre las huellas de los Apóstoles, para predicar, celebrar, bendecir, amar a quienes le esperan con filial alegría.
El Papa FRANCISCO nos recordará que la palabra Vicario de Cristo que lo define hace de él el garante de la Unidad, el que, como lo indica la palabra Pontífice, traza y construye puentes cuyo arquitecto es el Espíritu Santo, para que los que ya somos hermanos por el doble vínculo de la sangre y de la gracia bautismal, miremos hacia la única fuente de vida y de esperanza: el amor de Dios, misericordia, perdón y alegría de todos.
El Santo Padre viene a sembrar una semilla de fe, para que todos seamos hijos de Dios y discìpulos misioneros de Jesucristo. El Papa FRANCISCO desea de todos nosotros una respuesta viva y generosa al Evangelio de Cristo, que nos lleve a caminar en la fe y a “comenzar algo nuevo” por el bien de todos los colombianos.
La Iglesia que peregrina en la Diócesis de Cúcuta, quiere prepararse espiritual y materialmente para esta visita, para recibir al Sucesor de Pedro, pero para fortalecer la vida cristiana y nuestra opción por la PAZ, la verdera PAZ que viene de JESUCRISTO.
¡Alabado sea Jesucristo!