Un año más, el Papa Francisco ha decidido celebrar el Jueves Santo entre los “descartados” de la sociedad. En esta ocasión acudirá en la tarde del 13 de abril a la prisión de Paliano, en la provincia de Frosinone y diócesis de Palestrina, a unos 70 km de Roma.
En esta cárcel celebrará la Misa in Cæna Domini con el rito del lavatorio de pies junto a algunos detenidos, según informó el Vaticano en un comunicado en el que se detalla que la visita “tendrá un carácter estrictamente privado”.
En 2013 el Papa acudió a la Cárcel de menores Casal de Marmo y en 2014 el Pontífice acudió a la Fundación Don Carlo Gnochi-Centro “Santa María della Providenza”, donde lavó los pies a una docena de enfermos. En 2015 celebró la Misa y el Lavatorio en la cárcel de Rebbibia, en la periferia de Roma, donde lavó los pies a doce detenidos.
El año anterior, 2016, celebró el Jueves Santo en Castel Novo di Porto, un centro de refugiados e inmigrantes.
La cárcel de Paliano está situado sobre una pequeá montaña y fue una fortaleza en la época del renacimiento italiano que fue construida en 1565. Fue donada al Vaticano en 1864 y años más tarde su propiedad pasó de nuevo al estado italiano.