Queridos hermanos en Cristo:
En los últimos días han circulado informaciones en algunos medios de comunicación que han buscado involucrar mi nombre en un caso relacionado con el sacerdote Julio César Quintero Grisales y con mi hermano Mario Garcés Monsalve. Ante esta situación, deseo dirigirme a ustedes, como su Obispo, con espíritu de transparencia y caridad.
Tal como lo hice a través de la nota clarificatoria publicada recientemente y, en su debido momento, informando con claridad y responsabilidad a mis superiores eclesiásticos, a mis hermanos en el episcopado y a los sacerdotes de la Diócesis de Cúcuta, quienes son mis primeros colaboradores, siempre he procurado responder a las instancias que me han solicitado, manteniendo la comunión fraterna en la Iglesia.
He expresado públicamente mi versión de los hechos, en la cual afirmo con total serenidad que no tengo ninguna deuda personal, ni he intervenido como garante en negocios de terceros. Esta claridad ha quedado consignada en el proceso canónico que llevó a cabo la Arquidiócesis de Manizales y en las declaraciones que reposan en instancias oficiales.
Reconozco que las diversas publicaciones en algunos medios han contribuido a sembrar confusión en torno a mi persona y a la Diócesis de Cúcuta. Frente a esto, los invito a todos a mantener una actitud de prudencia, discernimiento y serenidad, evitando caer en rumores o en voces que buscan dividir y desacreditar la misión de nuestra Iglesia Particular.
Agradezco profundamente a quienes, también desde los medios de comunicación, han sabido ejercer la caridad cristiana, presentando la información con respeto y reconociendo que tanto el sacerdote implicado y también yo, necesitamos la oración y el acompañamiento del Pueblo de Dios.
Queridos hermanos: sigamos firmes en la fe, perseverantes en la oración y unidos en la misión evangelizadora. Nuestra Diócesis continúa caminando en la esperanza cristiana y en la caridad para con los más pobres y necesitados. No perdamos la paz del corazón que nos da el estado de gracia en el que todos debemos permanecer y perseverar.
Encomiendo esta situación a la misericordia de Dios y a la intercesión maternal de la Santísima Virgen María y del Glorioso Patriarca San José, pidiendo que la verdad resplandezca siempre con caridad y que la comunión eclesial permanezca intacta. Que estos acontecimientos no opaquen la labor espiritual, ni el compromiso de caridad que día a día la Diócesis de Cúcuta ejerce al servicio de cada uno de sus fieles.
Con afecto pastoral, los bendigo a todos en el nombre del Señor.