La comunidad parroquial de san Luis, recibe la reliquia de su patrono

Foto: Centro de comunicaciones

En la Basílica Menor Nuestra Se­ñora del Rosario de Chiquinqui­rá, Kacika de Cúcuta; el sábado 26 de julio se llevó a cabo la bendición del Altar y la entronización de la reliquia de San Luis Gonzaga, patrono de los jóvenes. La ceremonia fue presi­dida por monseñor José Libardo Garcés Monsalve, obispo de la Diócesis de Cú­cuta, acompañado del clero diocesano, los seminaristas del Seminario Mayor Diocesano San José y la comunidad pa­rroquial del barrio san Luis.

La ceremonia de bendición del Altar y entronización de la reliquia de San Luis Gonzaga fue un rito cargado de varios simbolismos. Inicialmente, el señor obis­po roció el altar con agua bendita para purificarlo y prepararlo para el servicio exclusivo de la liturgia. Posteriormen­te, se depositó la reliquia de San Luis Gonzaga en el altar. Después, el altar fue ungido con el Santo Crisma para consa­grarlo definitivamente como lugar del sacrificio eucarístico.

Durante la homilía monseñor José Li­bardo manifestó: “dentro del templo hay lugares privilegiados y especiales como son el altar, el crucificado, el sagrario y el lugar de la Palabra; por eso nos hemos reunido en este día para dedicar este al­tar, consagrarlo exclusivamente para la eucaristía. Hasta hoy este lugar era solo una mesa, a partir de hoy, comienza a ser un altar, el altar del sacrificio, donde el crucificado que vemos al fondo se hace uno con el sacerdote y que, al pronunciar las palabras de la consagración, Jesucris­to crucificado baja y se hace un alimento, una comida espiritual, donde el Señor se entrega a su pueblo como alimento de vida eterna en la Sagrada Eucaristía”.

Al finalizar la celebración, el presbítero José Elver Rojas, rector de la Basílica, agradeció a los fieles el apoyo y genero­sidad con la remodelación del templo e invitó a la comunidad eclesial a vivir el Año Jubilar con un corazón dispuesto a recibir las bendiciones de Dios a través de la virgen María, Madre del Cielo. La bendición del altar y la entronización constituyeron un llamado a la juventud a seguir el ejemplo de santidad y entre­ga de San Luis Gonzaga, promoviendo una vida de fe, servicio y dedicación a la Iglesia.

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