Historia de la Santa
María Goretti, nació en 1890, en Corinaldo, provincia de Ancona, Italia. Fue hija de Luigi Goretti y Assunta Carlini, siendo la tercera de siete hijos. Al día siguiente de su nacimiento fue bautizada y consagrada a la Virgen.
A los once años hizo su primera comunión haciendo el firme propósito de morir antes que cometer un pecado. En la misma finca donde vivía María trabajaba Alessandro Serenelli, quien se enamoró de María cuando apenas ella tenía once años. Serenelli, a causa de lecturas impuras, se dedicó a buscar a María haciéndole propuestas que la pequeña rechazaba haciendo que Serenelli se sintiera despreciado.
El 5 de julio de 1902, mientras la familia de María y el padre de Alessandro trabajaban cosechando vegetales, la niña se quedó en casa cosiendo ropa y cuidando a su hermanita de dos años. Alessandro, que se había cansado de los rechazos de María, la sorprendió e intentó abusar sexualmente de ella, pero María le opuso resistencia y trató de hacerlo razonar advirtiéndole que lo que pretendía era pecado y que no accedería a sus pretensiones, María al ver que Alessandro no entendía explicaciones, le menciona que prefería siempre morir antes de ofender a Dios.
Alessandro reaccionó con descontrol completo, desgarrándole el vestido y apuñalándola catorce veces, al verla malherida huyó. Fue llevada al hospital y antes de morir alcanzó a recibir la Unción de los enfermos. Partió a la casa del Padre el 6 de julio de 1902.
María perdonó a Alessandro poco antes de morir. El joven fue condenado a 30 años de prisión. Estando encerrado buscó el arrepentimiento y la conversión a la religión católica, animado por el obispo del lugar, Giovanni Blandini. En 1927, tras 27 años de reclusión, fue excarcelado anticipadamente por su buena conducta. Pidió el perdón de la familia de María Goretti y la madre de ésta se lo concedió. Pasó el resto de su vida como jardinero y portero de un convento de capuchinos en Macerata, donde falleció el 6 de mayo de 1970, a la edad de 88 años. Cuando Pío XII canonizó en Roma a María Goretti, en 1950, asistió a la ceremonia.
En el 2003 San Juan Pablo II mencionó que “Marietta, como era llamada familiarmente, recuerda a la juventud del tercer milenio que la auténtica felicidad exige valentía y espíritu de sacrificio, rechazo de todo compromiso con el mal y disponibilidad para pagar con el propio sacrificio, incluso con la muerte, la fidelidad a Dios y a sus mandamientos”.
Con motivo de la fiesta de Santa María Goretti el papa Francisco pidió que a imitación de ella seamos “testimonios del perdón”.
Resumen de Agencias Católicas
Imagen: Aciprensa