El pasado 19 de enero, en el programa de la cadena televisaba Nove, “Che tempo che fa” el Papa Francisco estuvo refiriéndose a los planes que tiene el presidente electo Donald Trump de hacer deportaciones masivas de todo inmigrante que se encuentre de manera ilegal en el país.
“Si esto es cierto, es una desgracia porque hace que los pobres desafortunados que no tienen nada paguen el precio del desequilibrio. Así no se resuelven las cosas”, asegura su Santidad.
Este pronunciamiento se suma al que ya realizaron los obispos estadounidenses en el mes de noviembre, en el que aseguraron que alzarían la voz con firmeza si Trump avanza con este plan, pues lo consideran incompatible con la doctrina católica.
Según un censo del mes de julio del año 2023 del Centro de Migración, se estima que en el país hay más de 11.7 millones de inmigrantes indocumentados.
El pontífice asegura que no se ha podido reunir con el presidente electo, y recordó cuando se reunieron, durante el primer mandato de este último, en el vaticano.
Más adelante en la entrevista planteo nuevamente la inmigración como una posible solución para los problemas de caídas demográficas de países cuyas tasas de natalidad están descendiendo como Italia y España: “Italia en este momento tiene una edad media de 46 años. No hace hijos… que deje entrar a los inmigrantes. Albania, la media de edad es de 23. España más. Tienen que resolver este problema. Si no haces hijos, deja entrar a los inmigrantes”, plantea; pero también asegura que para que esto funcione de manera efectiva el inmigrante debe de estar: “acogido, acompañado, promovido e integrado”.