El 11 de marzo, desde la Plaza de Banderas, realizando un recorrido por la Diagonal Santander hasta llegar al Atrio de la Catedral San José, marcharon niños, jóvenes y adultos, orando y alabando a Dios con camisetas blancas, pendones, arengas alusivas a la reconciliación, globos y banderas del color de la Vicaría, para abrir paso al don de la misericordia. Los actos culturales como expresión de alabanza y vivencia de la evangelización adornaron esta noche de luz y esperanza.
Durante el recorrido monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid manifestó, a través de la emisora Vox Dei, que esta vivencia “es una expresión de fe que preside la cruz de Cristo en este caminar cuaresmal la intención de participar en la misericordia y del amor de Dios que nos perdona y nos ama”.
“Queremos la paz de Cristo, la vida de Cristo, queremos poner el perdón de Cristo en el corazón de cada uno de los cucuteños, no solo una expresión de alegría. Cúcuta vive grandes problemas, vive pecado social, individual y eso tenemos que corregirlo; tanta violencia drogadicción, tráfico, ilegalidad que nos separan de Dios y esta expresión es para que nosotros los católicos, creyentes en Jesucristo llevemos ese fermento de la paz, la reconciliación, de la misericordia a nuestras comunidades y a todo el entorno cultural de nuestra ciudad”, puntualizó el prelado durante el recorrido.
El sacramento de la reconciliación también hizo parte importante de este momento significativo para la Diócesis de Cúcuta, pues varios sacerdotes confesaron a cientos de fieles en el parque Santander; un momento de rencuentro con Dios y consigo mismo.
En la concentración final de la marcha monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, impartió la bendición a los fieles que participaron de la multitudinaria marcha. “Rogamos a Dios para que siempre haya trabajo responsable, digno, justo y honrado para todos”, expresó monseñor.
Esta proclamación de los valores de la vida, la reconciliación, el perdón y la paz que se da en el contexto del Año Santo de la Misericordia y apertura a la Semana Santa, fue amenizada con el concierto de la Misericordia que el padre Álvaro Gutiérrez realizó junto a su grupo musical.