Durante el acto conmemorativo, que tuvo lugar en el salón cultural La Torre del Reloj, el obispo de Cúcuta, monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, destacó el trabajo que muchas personas hacen en silencio para bien de los más necesitados. “Este día, como Iglesia Católica en Cúcuta, queremos exaltar la tarea y la acción de tantos hombres y mujeres que hoy también entre nosotros trabajan por levantar la dignidad de la persona humana y por fortalecer la tarea en la construcción de los derechos en favor de los que sufren y son probados”.
El prelado exaltó además el valor simbólico que representa la estatuilla San Pedro Claver, al tiempo que agradeció la dedicación de las instituciones y personas que recibieron el reconocimiento. “Todos defienden los derechos humanos, el premiar a uno es alentar, fortalecer, propiciar espacios para la defensa de la persona humana, es uno de los grandes retos de este siglo XXI de la era cristiana”.
Finalmente, el obispo de Cúcuta, destacando una frase del San Juan Pablo II, invitó a que seamos artesanos de la paz. “Tenemos que ser artesanos de la paz, con nuestras manos, nuestro trabajo, nuestra palabra, esfuerzo, tenemos que fortalecer la paz y esa paz está fundada en la dignidad inalienable y en los derechos fundamentales de cada ser humano”.
Este año, una lideresa comunitaria del barrio Manuela Beltrán de Cúcuta, un programa social – cultural y una fundación que trabaja con la comunidad rural, recibieron la estatuilla, instituida por esta Diócesis desde el 2009 y otorgada a aquellas personas e instituciones que al interior de la Iglesia o de la sociedad civil, han contribuido con su trabajo eficaz y efectivo en la construcción del bien común.
Constructores y constructoras de paz
Alicia Galvis Contreras, víctima del conflicto armado, dedica su vida al servicio comunitario en el barrio Manuela Beltrán de la comuna ocho de San José de Cúcuta, quien ha contribuido a formar una sociedad en armonía y paz. Defensora de Derechos Humanos y promotora de iniciativas de desarrollo, creó una unidad productiva en panadería, a la que ha vinculado a familias de este barrio, dando así las posibilidades a otros habitantes de la comunidad de obtener una mejor calidad de vida.
Programa Colores Para La Paz de la Biblioteca Pública Julio Pérez Ferrero, en señal de exaltar el trabajo y el servicio a favor de las comunidades en riesgo social y en situación de desplazamiento durante los últimos once años.
Fundación Hogares Juveniles Campesinos, promueve el mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades rural de la región del Catatumbo a través de la formación integral de niñas, niños adolescentes y jóvenes, siendo estos grupos poblacionales, artesanos para la construcción de la paz.
La selección de los ganadores la realizó el PNUD, Mapp OEA, GIZ y la Pastoral Social de la Diócesis de Cúcuta.