En un emotivo reconocimiento a la labor misionera y caritativa de más de 2.000 voluntarios, la Arquidiócesis de Cali, en colaboración con la Alcaldía Distrital, destacó la invaluable contribución de los 759 comedores comunitarios que alimentan a 75.000 personas en las zonas urbanas y rurales de ‘La Sucursal del Cielo’. Esta iniciativa, que surge de un espíritu solidario y fraterno, al proporcionar comida diaria a quienes más lo necesitan.
La jornada de integración estuvo marcada por la presencia del padre Diego Fernando Guzmán Ruiz, delegado de la Vicaría Episcopal para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, y la Secretaria de Bienestar Social de la Alcaldía, María Isabel Barón. El padre Guzmán subrayó que los comedores comunitarios, que comenzaron hace aproximadamente 10 años, han evolucionado gracias a una alianza con la Alcaldía, permitiendo un impacto significativo en la lucha contra el hambre y brindando apoyo psicosocial a los beneficiarios. «Sobre la mesa, recuperamos a Cali», es el lema que encapsula esta misión conjunta.
“La Iglesia tiene esta vocación natural del servicio y cuando podemos unirnos todos, sin distingos políticos ni religiosos, sino con el ánimo de poder servir, podemos hacer estos programas que tienen tanta incidencia en la ciudad”, así lo explicó el padre Fernando.
Durante la jornada de reconocimiento, se rifaron $25.000.000 y se distribuyeron alrededor de 80 anchetas. Los asistentes también disfrutaron de diversas actividades recreativas, incluyendo bailes y juegos organizados por un equipo de 40 animadores, haciendo de la jornada una celebración desde la caridad de Cristo.
Contexto de la Iniciativa
Para facilitar el funcionamiento de los comedores comunitarios, el programa cuenta con aproximadamente 53 buses, cada uno con capacidad para 40 personas, que operan estratégicamente en diferentes áreas de la ciudad. De estos, 42 se encuentran en zonas rurales y 717 en áreas urbanas, lo que permite ofrecer un total de 74.455 raciones diarias de comida. Durante los fines de semana, se entregan entre 1.100 y 1.300 raciones, reafirmando el compromiso de la Iglesia con las comunidades más vulnerables y llevando consigo el mensaje de caridad y esperanza de Jesucristo.