Una sesión de preguntas y respuestas de hora y media entre los obispos italianos y el Papa Francisco marcó el inicio de la 79ª Asamblea General. Durante el diálogo se abordaron diversos problemas de la Iglesia y del mundo; desde el apoyo a los sacerdotes hasta las ideologías contemporáneas, pasando por los jóvenes que emigran, la disminución de vocaciones y la posible suspensión de la unificación de diócesis.
Poco antes de las 16 horas, el Santo Padre inauguró la 79ª Asamblea General de la Conferencia Episcopal Italiana, rezó la hora media con cerca de doscientos obispos italianos, les dirigió un saludo y les entregó un texto escrito.
Como al principio de su pontificado, el Papa quiso dialogar a puerta cerrada con los prelados italianos (con quienes ya se había reunido en las dieciséis visitas ad limina de los últimos meses) invitándolos a hablar libremente. El Papa Francisco durante una hora y media, escuchó sus preguntas y ofreció respuestas y reflexiones.
En el diálogo surgieron numerosos temas como: los jóvenes que se quedan y los que abandonan Italia, “empobreciéndola”; la preocupación por su presente y futuro, las ideologías infiltradas en la cultura y sociedad; la disminución de vocaciones nacientes y el cuidado de las existentes; la acogida de emigrantes como deber moral; la preocupación por el resurgimiento del antisemitismo; la sinodalidad y el acompañamiento pastoral a los sacerdotes.
Un tema principal fue la unificación de las diócesis italianas, una cuestión para la que el Sumo Pontífice ya había solicitado una profunda reflexión y soluciones prácticas en su primer encuentro con la CEI en 2013, considerando las preocupaciones de algunos obispos sobre las diferentes identidades culturales y el riesgo de que una ampliación dificulte la cercanía pastoral. Estas situaciones también fueron presentadas al Papa en las diversas visitas ad limina de las Conferencias Episcopales regionales, permitiendo al Pontífice obtener información más clara.
En los últimos años, 41 diócesis italianas se han unificado in persona episcopi. Sin embargo, no está claro si se continuará por este camino; según lo discutido en el diálogo entre el Papa y los obispos. Una de las propuestas que surgió fue la de unificar las estructuras, incluidos los seminarios regionales, a menudo con pocos aspirantes a sacerdotes, como ha sugerido el Pontífice en varias ocasiones en el pasado.