48 Jornada Mundial de las Comunicaciones

Para responder a este interrogante pone una cuestión fundamental: ¿quién es mi prójimo? La respuesta la ofrece el mismo Papa desde la parábola del buen samaritano, donde presenta el poder de la comunicación como «proximidad». A continuación el Papa Francisco se detiene a recordar que «No basta pasar por  las “calles” digitales, es decir simplemente estar conectados: es necesario que la conexión vaya acompañada de un verdadero encuentro». Este, señala el mensaje,  implica estar dispuestos no sólo a dar, sino también a recibir de los otros y es en este escenario, en el que los medios pueden ayudar, “especialmente hoy, cuando las redes de la comunicación humana han alcanzado niveles de desarrollo inauditos”.

A continuación presentamos algunas reflexiones desarrolladas en el mensaje del Papa Francisco para esta jornada, que nos orientan en nuestro diario vivir y en la respuesta positiva al llamado de ser discípulos misioneros, cristianos católicos comprometidos con la construcción de una sociedad más justa y solidaria.

La comunicación es en definitiva más humana que tecnológica (…) y debe estar al servicio de una autentica cultura del encuentro, que solo es posible si tenemos el genuino deseo de escuchar a los otros; pues solo de esta manera aprenderemos a mirar el mundo con ojos distintos y a apreciar la experiencia humana tal y como se manifiesta en las distintas culturas y tradiciones.

El mundo de la comunicación puede ayudarnos a crecer o, por el contrario, a desorientarnos.

En efecto, quien comunica se hace prójimo, cercano. El buen samaritano no sólo se acerca, sino que se hace cargo del hombre medio muerto que encuentra al borde del camino.

Jesús invierte la perspectiva: no se trata de reconocer al otro como mi semejante, sino de ser capaz de hacerme semejante al otro. Comunicar significa, por tanto, tomar conciencia de que somos humanos, hijos de Dios. Me gusta definir este poder de la comunicación como «proximidad».

Estamos llamados a dar testimonio de una Iglesia que sea la casa de todos. ¿Somos capaces de comunicar este rostro de la Iglesia? La comunicación contribuye a dar forma a la vocación misionera de toda la Iglesia; y las redes sociales son hoy uno de los lugares donde vivir esta vocación redescubriendo la belleza de la fe, la belleza del encuentro con Cristo. También en el contexto de la comunicación sirve una Iglesia que logre llevar calor y encender los corazones.

No se ofrece un testimonio cristiano bombardeando mensajes religiosos, sino con la voluntad de donarse a los demás.

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Para tener en cuenta: La Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, es la única jornada mundial establecida por el Concilio Vaticano II (Inter Mirifica, 1963). Se celebra en muchos países, por recomendación de los obispos del mundo, el domingo anterior a la fiesta de Pentecostés.

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