Mensaje de Navidad de Monseñor Julio César Vidal Ortiz

 

Pero una característica de estas celebraciones navideñas es que normalmente se celebran en familia o en grupos de amistades.  Es el tiempo en que los hijos u otros familiares viajan para encontrarse con sus padres, familiares o amigos.  Litúrgicamente es el tiempo en que toda la familia madruga para asistir a la Novena de Aguinaldos que incluye la celebración de la Santa Misa.

Todo esto expresa una realidad muy profunda de la Iglesia.  Es que la Iglesia es una “comunión”, nos dice el Concilio Vaticano II.  La Iglesia es una familia, un pueblo que tiene una misma fe, un solo bautismo, que reconoce a Dios como Padre, a Jesús como su hermano y al Espíritu Santo como su principio animador y que tiene un mismo destino: la unión eterna con Dios.

La invitación del Sínodo Diocesano es para que caminemos juntos en la construcción de una Iglesia como la quiere el Señor para bien nuestro y salvación del mundo y para que un día participemos todos del Reino de verdad, libertad, justicia, paz y amor que el Señor nos tiene prometido.

Pidamos a la Virgen María que nos acompañe y ayude en nuestro empeño de celebrar juntos nuestra fe.

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