• Pasión prolongada. Liturgia de la Palabra. Es la proclamación de la Palabra de Dios que nos habla del siervo doliente. Esta primera parte concluye con la oración universal, donde se pide por la salvación y las necesidades de los hombres y mujeres del mundo entero.
• Pasión adorada. La adoración de la Cruz. Ella es signo de la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte. No se adora la madera de la cruz, se adora a la persona de Cristo crucificado.
• Pasión comulgada. La Sagrada Comunión. Es la participación plena en esta celebración, comulgamos el pan consagrado en la Misa de la Cena del Señor y de esta manera nos unimos plenamente al sacrificio de Cristo.
Signo que encontramos en este día:
– El altar está totalmente desnudo.
– Los ornamentos rojos del obispo y el de los sacerdotes, como signo del martirio de Cristo.
– La postración de los ministros, al inicio de la celebración como signo de profunda reflexión y para identificar su vida con la Pasión y Muerte del Señor.
– La oración sobre el pueblo con la cual finaliza, se sale en silencio, no hay bendición.
Más de mil personas, de distintas comunidades parroquiales, participaron en esta solemne celebración.