“Ustedes, queridas parejas, están llamadas a ser signo y fermento en un mundo que se ha apartado de Dios, un mundo decadente (…) Al estar aquí, han obedecido una ley natural.
Ahora conformarán una familia, cédula de la sociedad, que no podría existir sin la unión de un hombre y una mujer (…) Sin verdaderas familias no habría sociedad”, enfatizó el prelado durante su homilía, en la que también exhortó a los nuevos esposos a proponerse hacer feliz a su pareja. “Lo único que Dios les pide es que se amen”.
Música, sonrisas nerviosas, rosas, orquídeas y distintas clases de flores dieron color y calidez a la ceremonia concelebrada por un grupo de sacerdotes diocesanos.
Los matrimonios colectivos, hacen parte del conjunto de acciones pastorales que se adelantan en esta Iglesia Particular con motivo del Año de la Fe, convocado por el papa emérito Benedicto XVI.