En una emotiva eucaristía, presidida por monseñor Julio César Vidal Ortiz, el clero diocesano, las comunidades religiosas, grupos eclesiales, instituciones educativas, autoridades civiles, militares, de policía y comunidad en general, agradecieron al Señor por los Pastores que en estos más de 2000 años han acompañado la Iglesia Católica y oraron para que “la santísima virgen María, estrella de la evangelización alcance bendiciones y gracia para nuestro querido papa Benedicto XVI y que ella misma nos haga crecer en esperanza y en caridad, para que tengamos a Cristo como camino, verdad y vida”.
Durante la celebración eucarística, Mons. Vidal se refirió al Santo padre como: “Quizá, el hombre que más conoce de la fe de la Iglesia, un hombre de extraordinaria exquisitez espiritual, que ha tenido la valentía, el coraje y la humildad de decir ya no me responden las fuerzas, ya no puedo guiar esta Iglesia, yo me pongo a un lado para que el Señor inspire otro más fuerte que yo, que continúe la obra que Cristo quiere a través de la historia(…) Es una persona que ha dado una gran lección al mundo, a no aferrarse al poder, cuando el poder embriaga tantas mentes y tantos corazones”.
Asimismo, insistió a los fieles su compromiso de ser testimonio de fe y discípulos misioneros, que cualifican su vida cristiana amando más a Dios, a Cristo, a la virgen y viviendo como hermanos.