El acompañamiento de la Iglesia Católica a estas personas, desde el Centro de Migraciones, se adelanta con el apoyo ofrecido por el Banco Diocesano de Alimentos, el Servicio Jesuita a Refugiados y otras organizaciones. Dentro de la atención brindada se encuentra: alojamiento, alimentación (desayuno, almuerzo, cena) y útiles de aseo.
Willinton Muñoz Cierra, Coordinador del Centro de Migraciones, afirmó que las personas deportadas se han visto muy afectadas psicológicamente, algunos con episodios depresivos fuertes a raíz de lo sucedido. “Muchos de ellos afirman que los sacaron, los maltrataron, los trataron de ladrones,” señala el coordinador, al tiempo que precisa que también se vive con esta situación la desintegración familiar. “Algunos dejaron sus hijos, pero a través de organizaciones como el Servicio Jesuita Refugiado, la Personería y Migración Colombia, se lograron traer algunos de esos niños que allá quedaron solos”.
El 23 de agosto diferentes entes gubernamentales se dieron cita en el Centro de Migraciones para evaluar la situación, pero hasta el momento no se ha determinado qué ayuda concreta se brindará a los deportados. La Canciller María Ángela Olguín, llegó a la zona de frontera colombo-venezolana el 24 de agosto para analizar la situación, ordenando a los funcionarios de Migración organizarlos para entregar ayudas humanitarias, mientras se da una salida diplomática al problema.
Israel Merchán García, uno de los deportados, proveniente del municipio de Palotal, manifestó que durante la expulsión los maltrataron psicológicamente. “Nos amenazaron diciendo que nos iban a arrestar”, expresó el afectado.
Por su parte, Uriel Ramírez Quintero, proveniente de San Antonio del Táchira, quien afirma llevar varios años viviendo en esta parte de Venezuela con su esposa e hijos, manifestó que fue arrestado y se vio en la obligación de dejar a su familia, ya que ellos si tienen los documentos al día. Dijo también con tristeza que varias casas en la zona de frontera han sido demolidas.
A pesar del apoyo que el Centro de Migraciones ha establecido con las personas, se espera que el gobierno municipal active la ruta de apoyo y solvente los alimentos para los afectados. Además se pide a la comunidad tienda su mano y ayude a quienes ahora están pasando por esta difícil situación.
A la llegada de nuevas familias y bajo el desbordamiento de la capacidad local y departamental, las necesidades humanitarias estarían centradas en seguridad alimentaria y nutrición e insumos no alimentarios (kits de aseo, ropa, agua, pañales, colchones, carpas y cobijas).
Decretan calamidad pública en Cúcuta
La calamidad pública fue decretada por el Alcalde de Cúcuta, Donamaris Ramírez-París Lobo, luego de ser evaluada la situación de la capital de Norte de Santander, tras las medidas adoptadas por el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, con el cierre de la frontera y que han desbordado la capacidad de recepción de la ciudad, por el número de connacionales deportados, que han sido atendidos personalmente por el mandatario local.