“Continuando con estas catequesis sobre la familia, hoy quisiera hablar del noviazgo. El noviazgo tiene que ver con la confianza, la familiaridad, y la confiabilidad. Confianza con la vocación que Dios dona, porque el matrimonio es, antes que nada, el descubrimiento de una llamada de Dios”.
El Sumo Pontífice recordó que el noviazgo es el proceso en el cual se descubre el uno con el otro, donde la mujer ‘aprende’ acerca del hombre, su novio, y el hombre ‘aprende’ acerca de la mujer, su novia, tiempo en el cual los dos están llamados a realizar un trabajo bello sobre el amor.
“La alianza de amor entre el hombre y la mujer, no se improvisa, no se hace de un día al otro. No existe el matrimonio ‘express’, es necesario trabajar sobre el amor, es necesario caminar. La alianza del amor del hombre y de la mujer se aprende y se refina. Me permito decir que es una alianza artesanal. Hacer de dos vidas una vida sola, es también casi un milagro, un milagro de la libertad y del corazón, confiado a la fe”.
El sucesor de Pedro manifestó que los jóvenes de hoy en día que se encuentran en época de noviazgo se deben comprometer más con la pareja, y así puedan tener una relación estable cuando se consolide el matrimonio.
“Debemos quizás comprometernos más sobre este punto, porque nuestras ‘coordenadas sentimentales’ se han ido confundiendo un poco. Quien pretende querer todo e inmediatamente, después sede también sobre todo – y de inmediato – en la primera dificultad (o en la primera ocasión). No hay esperanza para la confianza y la fidelidad de la donación de sí mismo, si prevalece el hábito a consumir el amor como una especie de ‘suplemento alimenticio’ del bienestar psico-físico. ¡El amor no es esto!”
Francisco también se refirió a la importancia de los cursos matrimoniales, donde expresó que “son una expresión especial de la preparación. Y nosotros vemos tantas parejas, que quizá llegan al curso un poco ‘sin quererlo’, “pero estos sacerdotes que nos hacen hacer un curso”, pero ¿por qué? ¡No sabemos! y van a regañadientes. Pero después están contentos y agradecen, porque de hecho han encontrado allí la ocasión – ¡A menudo la única! – para reflexionar sobre su experiencia en términos no banales. Sí, muchas parejas están juntas tanto tiempo, quizá también en la intimidad, a veces conviviendo, pero no se conocen verdaderamente. Parece extraño, pero la experiencia demuestra que es así. Por eso, va revalorizado el noviazgo como tiempo de conocimiento recíproco y de compartir de un proyecto”.
Para finalizar, señaló que “el noviazgo se centra en la voluntad de cuidar juntos algo que nunca deberá ser comprado, vendido, traicionado o abandonado, por más tentadora que pueda ser la propuesta”.
Fuente: news.va
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