Por: Adriana Karina Rivera Maldonado, animadora de la evangelización de la parroquia Nuestra Señora del Rosario
Las advocaciones marianas para la Iglesia son manifestaciones o expresiones del amor de Dios donde se fortalece y anima la fe de los creyentes, dicha palabra evoca en su significado protección y amparo. Estas son declaradas por el Magisterio de la Iglesia para su promulgación y devoción dentro de la fe Católica.
Los nombres que reciben las advocaciones marianas se derivan principalmente de algunas características propias de las manifestaciones o expresiones especialmente de la Virgen María, sin embargo, otras de ellas son reconocidas y llamadas según el lugar de las apariciones, un ejemplo de ellas muy conocida es Nuestra Señora de Lourdes, advocación sobre la cual hablaremos dentro del contexto de la fecha cercana a la conmemoración de esta fiesta, donde se encomiendan de manera especial a los enfermos.
Cuatro años después de la proclamación del Dogma de la Inmaculada Concepción nace el 11 de febrero de 1858 en Francia, la advocación de Nuestra Señora de Lourdes a partir de la aparición de la virgen María a una niña llamada Bernadette Soubirous, de familia humilde, conocida en la Iglesia como Santa Bernardita, la cual transformó con esta devoción la historia.
La aparición se da en una gruta ubicada en el camino por donde Bernardita de 14 años, su hermana Marie Toinete, de 11 y su amiga Jeanne Abadie debían pasar para ir en busca de leña, debido a su condición de salud asmática, Bernardita esperaba cerca un arroyo para evitar mojarse más que los pies. Es allí donde se da la primera aparición seguida de un fuerte ruido que llamó su atención y es en este lugar pedregoso donde apareció la virgen María con un largo Rosario blanco y dorado, rezando con él; a esta oración se une la niña y al terminarlo con una sonrisa y en silencio la Virgen desapareció. Pero fue durante cinco meses después que esta aparición fue asumida por la familia de Bernardita, el pueblo y la misma Iglesia, después de ser sometida la niña a varios cuestionamientos e incluso burlas al respecto.
Sin embargo, fueron 18 apariciones que se dieron entre el 11 de febrero y el 16 de julio de ese año; estas se caracterizaron por la sobriedad de las palabras de la Virgen, y por la aparición de una fuente de agua que brotó inesperadamente junto al lugar, las cuales son el fundamento de la fe en esta advocación ya que en cada una Nuestra Señora de Lourdes deja un mensaje especial que hasta hoy sigue siendo una invitación de Dios y signo de renovación de la fe. A continuación, una breve presentación de cada aparición para profundizar en esta reflexión.
Trece apariciones se dieron en febrero
11 – La Virgen invitó a Bernardita a rezar el Rosario, convirtiendo el lugar en sede y escuela de oración.
14 – Revela el signo del agua bendita.
18 – La Virgen pide a Bernardita ir durante 15 días diciendo: “Yo también te prometo hacerte dichosa, no ciertamente en este mundo, sino en el otro”.
19 – Bernardita llega a la Gruta con una vela bendita encendida y nace esta costumbre.
21 – Le encomienda durante el rezo del Rosario: “Rogad por los pecadores”.
22 – Le enseña a saludar con gracia y dignidad.
23 – Ante una multitud dice en secreto: “Y ahora, hija mía, ve a decir a los sacerdotes que aquí, en este lugar, debe levantarse un Santuario, y a ese deben venir en procesión”.
24 – Le encomienda rezar por los pecadores y besar la tierra en penitencia por ellos.
25 – Nace una fuente de la roca como signo de purificación.
26 – Se da el primer milagro en la fuente con la sanación de un hombre que tenía una lesión en un ojo desde hacía 20 años.
27 – Solo hay una aparición en silencio.
28 – Se da el segundo milagro en una mujer que recupera la movilidad de su brazo.
Marzo
3 – Se da la curación de un niño agonizante.
4 – Una muchedumbre la acompaña y su aparición es silenciosa.
25 – Se revela afirmando que es la Inmaculada Concepción
Abril
7 – Bernardita con un cirio en sus manos es alcanzada por las llamas de este, pero no sufre quemadura.
Julio
16 – En su última aparición se muestra con una belleza indescriptible.
Desde entonces, se conoce en la Iglesia Universal esta advocación y Lourdes se ha convertido en lugar de peregrinación, signo de fe y devoción para el mundo donde hoy aún emanan de esta fuente divina muchos milagros para quienes se encomiendan desde diferentes lugares a la Madre de Dios bajo la advocación de Nuestra señora de Lourdes, la Inmaculada Concepción en especial para la salud de los enfermos y demás necesidades.
Su fiesta se conmemora cada año el 11 de febrero como día de oración por los enfermos del mundo, alcanzando muchos milagros continuamente. La Diócesis de Cúcuta celebra también y de manera especial esta fiesta ya que uno de los municipios y parroquia de esta Iglesia Particular, llevan esta advocación por devoción y nombre. De aquí la invitación a celebrar juntos como Iglesia, con fe y alegría en camino siguiendo hacia adelante e iluminados por los pasos de Jesús, el gozo de la intercesión de María por la salud de todos los enfermos.