Fotos: Centro de Comunicaciones Diócesis de Cúcuta
La vida religiosa y fieles bautizados de la Diócesis de Cúcuta, se congregaron en torno a la mesa del altar este viernes 3 de diciembre, para celebrar la Sagrada Eucaristía en acción de gracias por la beatificación de la venerable Madre María Berenice.
En la Catedral San José se llevó a cabo la celebración eucarística, presidida por el Obispo de esta Iglesia Particular, Monseñor José Libardo Garcés Monsalve, quien destacó entre todas sus virtudes, la comunión que la Madre Berenice tuvo con la Iglesia, ya que “vivió una misión en la santidad y en la comunión con la Iglesia, eso ha hecho que se reconozca la santidad en su vida y sea modelo para la vida religiosa”, aseguró el Obispo.
Ana Julia Duque Hencker, fue su verdadero nombre, nació el 14 de agosto de 1898 en el municipio de Salamina (Caldas) y murió el 25 de julio de 1993 en Medellín. Fue de familia prestante, pero ella se mantuvo en la sencillez; su única meta era servir, pero, “servir en comunión”, explica Monseñor José Libardo, porque “la validez de nuestra misión es la comunión”. La venerable Berenice enseña que servir en comunión “no es hacer cosas extraordinarias, sino las acciones diarias, con un sentido de pobreza evangélica, es decir, con la confianza puesta en Dios”.
El Obispo de Cúcuta resalta el servicio de la religiosa colombiana, trayéndolo como guía para la actual etapa que está viviendo la Iglesia Católica en el mundo: el camino sinodal, propuesto por el Papa Francisco, el cual se logra precisamente, a través de la comunión de toda la Iglesia. Explica Monseñor que el proceso inicia con el Papa, quien es el responsable de la comunión en la Iglesia universal; en cada Diócesis, el Obispo trabaja para escuchar junto a su jurisdicción eclesiástica al Espíritu Santo; en cada parroquia, la comunión la animan el párroco y los sacerdotes; es por todo esto, que finalmente, todos los carismas, a través de la vida consagrada, dan fruto abundante en la santidad, porque “es en la medida en que fortalecemos la comunión, que esta desencadena en toda la Iglesia y llega a dar el fruto maduro de la misma”.
Venerable Madre Berenice, así fue declarada por el Papa Francisco el 12 de febrero de 2019 gracias a sus virtudes. Y, el 13 de octubre pasado, firmó el decreto que certifica el milagro para su beatificación, el cual se le atribuye a la sanación de Sebastián Vásquez Sierra, un joven diagnosticado con pandisautonomía aguda paraneoplásica, enfermedad neurodegenerativa, que lo limitaba a una silla de ruedas, y por intercesión de la próximamente beata, volvió a caminar.