Obispo de Cúcuta dedica y consagra el templo parroquial de Nuestra Señora de las Misericordias

Fotos: Centro de Comunicaciones Diócesis de Cúcuta

Dieciséis años después de su fundación, la parroquia Nuestra Señora de las Misericordias fue presentada a su feligresía, restaurada y renovada, gracias a un trabajo que inició desde el año 2019, con la remodelación de la fachada y la instalación de tres campanas, gestión del entonces párroco, el padre Jesús Alberto Esteban Robles.

Con ocasión de sus quince años (año 2020), el padre Álvaro Antonio Gutiérrez Buitrago, nuevo párroco, continuó con las obras de remodelación, encontrando oportuno, además, la construcción de la sacristía. Junto con los animadores de la evangelización, emprendieron actividades que dieran frutos económicos y así lograr el reemplazo de luminarias, pisos, reconstrucción del presbiterio, altar, sede, ambón y la pila bautismal, remodelación de ventanales, fabricación de vitrales, entre otros. Actualmente, sigue en marcha las cubiertas con teja asfáltica.

De esta manera, Nuestra Señora de las Misericordias, parroquia ubicada en el barrio Villa Antigua, del municipio de Villa del Rosario, se consagró en su nuevo altar por el Obispo de la Diócesis de Cúcuta, Monseñor José Libardo Garcés Monsalve, en celebración eucarística llevada a cabo este domingo 5 de diciembre.

Monseñor realizó los ritos de dedicación y consagración, purificando con agua bendita, y asegurando, que este es solo “un signo externo”, el cual “necesita de una decisión personal de cada uno, dispuesto a abrirse a la conversión, a transformar sus vidas en Cristo”, porque en una comunidad parroquial, todos deben “ser uno con Él, que Él se quede en el corazón de las familias y la comunidad”.

Por su parte, el padre Álvaro, señaló que esta renovación es “signo de la belleza espiritual que cada uno cultive, mientras sigamos los pasos de Cristo”. Agradeció a los animadores de la evangelización por todo su apoyo en el proceso: “A ustedes que con sacrifico y abnegación han forjado esta obra, continúen sembrando esta semilla en las comunidades, siendo testimonio de la alegría del Evangelio, sobre todo por este tiempo de pandemia, afiancemos de manera especial nuestra fe, el compromiso y la decisión de ser verdaderos testigos del Señor”.

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