¿Por qué se celebra la Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos?

La Iglesia se compone de los fieles que viven en la tierra y los que se nos han anticipado en la muerte. Los últimos son los santos que están en el Cielo y las almas de los que se purifican en el Purgatorio. Así como el 1 de noviembre honramos a los que ya están con Dios, el 2 de noviembre conmemoramos a todos los fieles que han fallecido. Los honramos por su fidelidad en vida y rezamos por ellos porque se están purificando antes de ingresar en la presencia Santísima de Dios. Como afirma el libro del Apocalipsis (21,27) acerca de la Jerusalén celestial: “Nada profano entrará en ella”.

¿La Iglesia Católica todavía cree en el Purgatorio?

Desde los primeros tiempos de la Iglesia, los católicos han creído que existe un lugar donde se da la purificación final de los fieles que han fallecido. Se reconoce que quienes mueren mártires ya están en presencia de Dios porque quedan perfectamente conformados con Cristo y su Cruz por el martirio. Para los muchísimos creyentes que no han tenido la oportunidad de dar tal testimonio público, la Iglesia ofrece oraciones, en particular la Misa, para que, una vez purificados de toda imperfección, puedan entrar en el Cielo. Esto puede encontrarse en muchos textos antiguos, así como el testimonio en las catacumbas y las tumbas. En la Edad Media, se desarrolló la explicación teológica y se empezó a utilizar el nombre de Purgatorio, y describe bien la creencia de la Iglesia desde sus comienzos hasta ahora.

Todo el que muere en gracia y amistad con Dios, pero todavía falto de una purificación perfecta, ya tiene asegurada la salvación eterna, pero, antes de entrar en el gozo del Cielo, debe alcanzar la santidad necesaria a través de una purificación. La Iglesia da el nombre de Purgatorio a esta purificación final de los elegidos… (Catecismo de la Iglesia Católica, n° 1030-1031).

¿Es un término bíblico, “Purgatorio”?

La palabra Purgatorio no aparece en la Biblia. Aunque no de manera plena, la posibilidad de una purificación luego de la muerte ciertamente aparece. Por ejemplo, en el libro de los Macabeos, Judas Macabeo envía una ofrenda al Templo en nombre de sus hombres caídos que han cometido un acto supersticioso (2 Mac 12,39-45). Este texto, presente en la Biblia católica y no en la protestante porque se lo quitó en la Reforma, da muestra de la fe de Israel en el siglo II A.C.

En el Nuevo Testamento, el Señor exhorta a acomodar cualquier asunto pendiente antes de presentarse ante el juez para no ser puestos en presión, donde se permanecerá hasta que se pague la deuda.

“Ponte en seguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel. Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo.” (Mt 5,25-26)

Un principio básico de justicia dicta que las deudas deben saldarse. Nuestra deuda con Dios es imposible de pagar porque es infinita. Cristo pagó esa deuda, uniendo nuestra naturaleza a Su naturaleza divina; y nosotros recibimos el perdón cuando vamos a Él arrepentidos a través de quienes Él designó para ese fin (Jn 20,21-23; 2 Cor 3,5-6). La culpa temporal, debida a las consecuencias en nosotros, en los demás, en el buen orden de la sociedad, permanece y debemos remediarla en lo que esté a nuestro alcance –devolviendo lo robado, corrigiendo el daño en el buen nombre de alguien, pidiendo perdón si herimos a alguien física, emocional o moralmente, etc.- si no en esta vida, en la futura. Estas deudas que está a nuestro alcance reparar son las que no podemos dejar de lado, sea en esta vida o luego de la muerte.

¿Cuál es el origen de la Fiesta de Todos los Fieles Difuntos?

Desde sus primeros tiempos, la Iglesia recordaba en la Misa las almas de los que habían partido. Esto se hacía inscribiendo sus nombres sobre tablas. Esto es equiparable a lo que en todas las Misas de hoy en día es la oración por los fieles que han partido en Cristo, conocida como Memento Domine, así como la práctica de ofrecer misas por alguna persona en particular. La celebración de un día en especial para esta conmemoración comenzó en algunos monasterios en el siglo VI; y hacia el siglo X, la idea ya se había expandido a nivel diocesano con una fecha específica: 2 de noviembre, el día después de la Fiesta de Todos los Santos. Esta fecha fue adoptada ya en Roma en el siglo XIII.

¿Qué se hace el día de Todos los Fieles Difuntos?

Si bien no es un día de precepto, es buena idea ir a la Misa que se reza especialmente por todas las almas del Purgatorio. Además, deberían dedicarse algunos momentos del día para rezar por los seres queridos difuntos y por aquellos que no tienen quién rece por ellos.

Es una honrosa costumbre, también, visitar las tumbas de los seres queridos fallecidos ese día, tanto para rezar en el lugar donde se encuentran sus restos, santificados por los sacramentos que han recibido en vida y en espera ahora de la Resurrección general, y dejar allí alguna muestra de afecto, como flores, para adornar la tumba.

¿Quiénes van al Purgatorio?

Quienes mueren en estado de gracia, pero sin haber purificado todo apego al pecado van al Purgatorio. Cristo nos mandó: “Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial” (Mt 5,48). Así la purificación de toda imperfección, que incluso los justos todavía tienen al momento de su muerte, es necesaria antes de entrar en la Presencia del Padre.

¿Cómo es el Purgatorio?

El Papa San Juan Pablo II, en tres prédicas acerca del Cielo, el Infierno y el Purgatorio, explicó cómo, en esencia, esas realidades no son un “lugar” que existe en el espacio y el tiempo sino una relación del alma con Dios, que es Amor. Dios siempre ofrece Su Amor. Nosotros podemos elegir aceptarlo de manera perfecta; o bien aceptarlo, pero de manera imperfecta. También podemos elegir rechazar el Amor que Dios nos ofrece.

La opción que cada uno hace, sea cual fuere, queda fija luego de la muerte, cuando se acaba la posibilidad de hacer una opción moral. Esto determina nuestra relación eterna con Dios. El amor a Dios en el alma santa se experimenta como gozo, y como fuego en el alma que ansía a Dios mientras es purificada; fuego que es mitigado por la certeza de que un día estará con Dios y por el consuelo que recibe de los ángeles, los santos y las personas que rezan por ella en la tierra.

¿Por qué se habla de la muerte como “descanso”?

En las Escrituras se usa el término “dormir” para referirse a la muerte en Cristo (1 Cor 15,20). El descanso eterno es lo que se desea a las almas: que descansen en Dios hasta el día de la Resurrección al final de los tiempos.

¿Se puede rezar por los difuntos?

Las santas almas no pueden rezar por ellas mismas y necesitan de nuestras oraciones. No hay que dar por sentado que una persona ha ido al encuentro con Dios inmediatamente; incluso quienes luego fueron canonizados murieron con necesidad de que se rezara por ellos y se celebraran Misas en su nombre.

Si bien la Iglesia no reza litúrgicamente por quienes han llevado vidas escandalosas y han muerto en esa condición, sus familiares y amigos ciertamente pueden rezar por ellos con la esperanza de que sus seres queridos hayan tenido una conversión en el último minuto. Si esas oraciones no pueden beneficiar a la persona por la cual se rezan, igualmente tienen mérito para quien las dice.

Sin duda no es necesario rezar por quienes ya están canonizados; y quienes están en el Infierno ya no pueden ser alcanzados por la misericordia de Dios.

¿Pueden interceder los muertos por los vivos?

Sí, las almas justas pueden interceder por los vivos, tanto en el Cielo como en el Purgatorio. Todos los fieles, los que viven en la tierra (Iglesia Militante), los que están en el Purgatorio (Iglesia sufriente o purgante) o los que están en el Cielo (Iglesia Triunfante) forman la “Comunión de los Santos” en Dios, porque “no es un Dios de muertos, sino de vivos, porque para él todos viven” (Lucas 20,38).

Entonces, si bien las santas almas del Purgatorio no pueden rezar por sí mismas, sí es muy bueno rezar por ellas: con eso se agrada mucho al Señor y se consiguen poderosas almas intercesoras.

San Pablo de la Cruz afirmó una vez: “Si durante la vida hemos sido amables con las almas que sufren en el Purgatorio, Dios se asegurará de que no nos falte esa ayuda cuando muramos”.

¿Cómo se reza por los que han fallecido?

A lo largo del año, pueden rezarse Misas por las almas del Purgatorio, o la oración diaria o ponerlas entre las intenciones del Rosario; también se puede rezar por ellas cuando se pasa cerca de un cementerio. La Madre Angélica decía: “Cada vez que uno pasa por un cementerio, es bueno decir una breve oración: ‘Dale, Señor, el descanso eterno’. Es de sentido común ayudar a un alma a salir del Purgatorio”.

El venerable Fulton Sheen expresó: “Cuando vayamos al Cielo, las veremos: una multitud que se nos acerca y nos agradece. Les preguntaremos quiénes son y nos contestarán: ‘soy una pobre alma por la que rezaste cuando estaba en el Purgatorio’”.

Tomado de EWTN

Envío de los EPAP

El sábado 7 de octubre a las 8:30 a.m. se vivió en la Catedral San José de Cúcuta el envío de los EPAP (Equipo Parroquial de Anima­ción Pastoral) de la Vicaría san José. Este envío se inició con una interven­ción del padre Javier Bermúdez para motivar a los animadores de la evan­gelización de la Vicaría san José a seguir trabajando por el Reino de los cielos. Seguidamente, se dio inicio a la Sagrada Eucaristía presidida por el vicario episcopal, el presbítero Carlos Fernando Duarte Riberos y concele­brada por los padres de esta vicaría.

Asimismo, en horas de la noche des­de la parroquia Santos Apóstoles, del barrio Chapinero, se vivió este mo­mento de fortalecimiento del compro­miso misionero de los Animadores de la Evangelización de la Vicaría San Pío X. En esta ocasión, fue el padre Juan Carlos Ballesteros, párroco de Santa María Rosa Mística, el encar­gado de dirigir el espacio, iniciando con un momento de oración donde se reflexionó acerca del envío que Jesús realiza a los apóstoles para proclamar el Evangelio y cómo se debe recibir con nombre propio ese mismo llamado a anunciar la Pala­bra de Dios con los demás herma­nos. Se finalizó este espacio con la celebración de la Sagrada Eucaristía presidida por el Padre Wilson David Alba, Vicario Episcopal de la zona, donde se realizaron las renuncias que un misionero debe hacer al mal y posteriormente la proclamación del Símbolo de la Fe, eje central de nuestra vida cristiana.

Estos espacios se llevan a cabo para que los miembros del EPAP de las diferentes vicarías que durante este año se estuvieron preparándose con los distintos encuentros formativos, puedan ayudar de la mejor manera a los párrocos en la animación de la pastoral de las comunidades parro­quiales.

Los medios de comunicación diocesanos celebran su aniversario 2023

En el mes de octubre el Centro de Comunicaciones de la Diócesis de Cúcuta se vistió de fiesta para celebrar el aniversario de los medios de comunicación: El Periódico La Verdad, Emisora Vox Dei y Vox Dei CTV.

El Periódico La Verdad nace en el año 1956 y cumple su aniver­sario número 67, el cual fue fun­dado por Monseñor Luis Pérez Hernández, primer Obispo de la Diócesis de Cúcuta, quien vio la necesidad de una herramienta de comunicación para contar la ver­dad de los hechos de la región y llevar un mensaje de fraternidad a toda la comunidad de esta Iglesia Particular. Por otra parte, la Emi­sora Vox Dei inicia en el año 2005 y este mes celebra su aniversario número 18, gracias al trabajo y compromiso del fundador de la emisora, Monseñor Óscar Urbina Ortega, y a Monseñor José Libar­do Garcés Monsalve, quien llegó con la disposición de continuar el proyecto de modernización que había iniciado el anterior obispo, Monseñor Victor Manuel Ochoa Cadavid y que se concretó el 1 de septiembre de 2022 cuando se im­partió la bendición de la renova­ción de los estudios y los equipos al servicio de los amigos y oyen­tes de la Emisora. Por último y no menos importante, Vox Dei CTV celebrando su aniversario núme­ro 9 llevando desde la producción audiovisual la información y los eventos de la Diócesis a através de varios canales locales; acom­pañando desde las transmisiones a personas de las comunidades que por diferentes circunstancias no pueden asistir de forma presencial a las celebraciones. Estos medios de comunicación son instrumento de evangelización desde diferen­tes enfoques, pero con un mismo objetivo, dar a conocer a Nuestro Señor Jesucristo.

Es por ello que se organizaron diferentes actividades como: El Santo Rosario desde las comuni­dades; charlas y cine foros en los centros parroquiales, con el fin de agradecer a todos por su apoyo y cercanía.

Semanas antes de dar apertura al aniversario de los medios de comunicación diocesanos, en al­gunos programas de la Emisora Vox Dei, se hicieron sorteos con el club de amigos para definir los 4 hogares que recibirían el rezo del Santo Rosario los martes del mes de octubre. Los primeros dos fueron en: la Urbanización San Martín y otro el barrio Zu­lima, desde allí se pidió la inter­cesión de la Virgen María, por todos los amigos de los medios.

Los miércoles 4 y 11 de octubre, se llevaron a cabo las dos pri­meras charlas de salud con in­vitados especiales. Una de estas fue en la parroquia María Reina de Todos los Santos, con la in­tervención del presbítero Luis Armando Quintero Tarazona; y el segundo encuentro fue orga­nizado desde la parroquia san Antonio de Padua con la presen­cia de la doctora María Aurora Ochoa, para dirigirse a la comu­nidad abordando diferentes te­máticas y situaciones de la vida cotidiana, buscando siempre un refugio desde la fe.

Por último, se realizó el primer cine foro el viernes 6 de octubre desde la parroquia san Antonio de Padua (Cúcuta), en donde los fieles bautizados participaron de la producción cinematográfica llamada “Guadalupe”, copro­ducción hispano-mexicana que mezcla el drama de una familia contemporánea y el misterio de la Virgen de Guadalupe.

En horas de la mañana, el pa­sado sábado 7 de octubre, los fieles bautizados de esta Iglesia Particular se dieron cita para el rezo del Santo Rosario, pidien­do la intercesión de la Santísima Virgen María, por los medios de comunicación diocesanos, en el contexto del aniversario 2023 de la Emisora Vox Dei, el Perió­dico La Verdad y la productora audiovisual Vox Dei CTV. Se inició el rezo desde la parroquia san Antonio de Padua a las 5:00 a.m., hasta llegar al monumento de Nuestra Señora de Fátima en el barrio San Miguel. Este mo­mento de oración fue presidido por el presbítero Diego Eduar­do Fonseca Pineda, director del Centro de Comunicaciones de la Diócesis de Cúcuta. Se tenía programado celebrar la Sagra­da Eucaristía a las 6:00 a.m. en dicho monumento, pero por cuestiones de la fuerte lluvia, la Santa Misa se vivió desde la pa­rroquia Santísima Trinidad.

ROSARIO VIRGINIS MARIAE El Rosario de la Virgen María

CARTA APOSTÓLICA ROSARIUM VIRGINIS MARIAE DEL SUMO PONTÍFICE JUAN PABLO II AL EPISCOPADO, AL CLERO Y A LOS FIELES SOBRE EL SANTO ROSARIO 

Esta Carta Apostólica de San Juan Pablo II, fue publicada el 16 de octubre de 2002 en el marco del Año del Rosario, declarado por el pontífice desde octubre de 2002 hasta octubre de 2003. ​Juan Pablo II publicó esta carta apostólica en coincidencia con el inicio del vigésimo quinto año de su pontificado. Está conformada por tres capítulos y 43 numerales y la finaliza con una oración del Beato Bartolomé Longo, apóstol del Rosario, la cual fue compuesta por él en 1883. (n. 43).

Inicia recordándonos el Sumo Pontífice, cómo la devoción al Santo Rosario fu difundida en el segundo Milenio bajo la guía del Espíritu Santo y que es una oración apreciada por los santos y fomentada por el Magisterio, es una oración de gran significado destinada a producir frutos de santidad. A pesar de que el Rosario es Mariano está centrada en Cristo pues a lo largo de él se despliega el mensaje evangélico que bien lo sintetiza. Con esta oración el cristiano aprende de María a contemplar el rostro de Cristo y experimenta su amor, recibiendo así abundantes gracias de Nuestro Redentor.

Los Romanos Pontífices y el Rosario

En esta primera parte, se nos dice que en 1978 el Papa da testimonio que el Rosario es su oración predilecta por su sencillez y al mismo tiempo su profundidad, expresando el concepto de que “el rezo del Rosario marca el ritmo de la vida humana”, para armonizarla con el ritmo de la vida divina en gozosa comunión con la Santísima Trinidad, destino y anhelo de nuestra existencia (n. 25).  Por eso al recitar el Rosario se contempla el rostro de Cristo. El Rosario, comprendido en su pleno significado, conduce al corazón mismo de la vida cristiana y ofrece una oportunidad ordinaria y fecunda, espiritual y pedagógica para la contemplación personal, la formación del pueblo de Dios y la nueva evangelización. Por eso, el Papa proclamó el año que va del 16 de octubre de 2002 al 16 de octubre de 2003, Año del Rosario. Con esta oración se pedía especialmente la paz amenazada en el mundo y en la familia. Esta oración nos debe llevar a un encuentro personal con Jesús y con ello a un cambio profundo de la vida cotidiana, siendo así discípulos verdaderos de Cristo Jesús.

Familia que reza el Rosario no le falta lo necesario

No podemos llegar a infravaloración esta oración ni a una disminución de su importancia, por eso el Papa considera que esta oración del Rosario no sólo no se opone a la Liturgia, sino que le da soporte, ya que la introduce y nos recuerda que el culto a la Madre de Dios es cristológico y el Rosario, comprendido adecuadamente, es una ayuda, no un obstáculo para el ecumenismo, para la unidad de los cristianos. El Rosario forma parte de la mejor y más reconocida tradición de la contemplación cristiana. Fomentar el rezo del Rosario en las familias cristianas, es una ayuda eficaz para contrastar los efectos desoladores de la actual crisis de la familia, amenazada cada vez más por fuerzas disgregadoras. Con ello cabe recordar aquellos dichos o refranes de nuestros mayores: “familia que reza el Rosario no le falta lo necesario” “familia que reza unida, permanece unida” que no eran otra cosa que la invitación a permanecer en la oración como el camino seguro para estar en permanente gracia de Dios y así vencer el mal que busca destruir la vida humana, el Matrimonio y la Familia.

Por lo anterior el Papa nos recuerda que las apariciones de Lourdes y Fátima, en los siglos XIX y XX, han hecho notar de algún modo la presencia y la voz de la Santísima Virgen para exhortar al Pueblo de Dios a recurrir a esta forma de oración contemplativa. Innumerables santos han encontrado en el Rosario un auténtico camino de santificación, como san Luis María Grignion de Montfort, san Pío de Pietrelcina o el beato Bartolomé Longo, él difundía que “quien propaga el Rosario se salva” (n. 8). Cabe resaltar que en María encontramos un camino seguro para ir Jesús y Jesús es el único camino para ir al Padre. Por eso se convierte para los cristianos el Santo Rosario en una ayuda muy importante para encaminarnos a Cristo, para llevar una vida en gracia y santidad, porque la contemplación de Cristo tiene en María su modelo insuperable. Nadie se ha dedicado con el cuidado y el amor de María a la contemplación del rostro de Cristo. Su mirada no se apartó ni se apartará jamás de Él. María propone continuamente a los creyentes los “misterios” de su Hijo y su seguimiento radical.

María modelo de contemplación

El Rosario es una oración marcadamente contemplativa. El Papa Pablo VI subrayó: “Sin contemplación, el Rosario es un cuerpo sin alma y su rezo corre el peligro de convertirse en mecánica repetición de fórmulas y de contradecir la advertencia de Jesús: “cuando oréis, no seáis charlatanes como los paganos, que creen ser escuchados en virtud de su locuacidad” (Mt 6,7). Por su naturaleza, el rezo del Rosario exige un ritmo tranquilo de una forma pausada y reflexiva, que favorezca en quien ora la meditación de los misterios de la vida del Señor, vistos a través del corazón de Aquella que estuvo más cerca del Señor, y que desvelen su insondable riqueza. María nos invita a contemplar, a deleitarnos, a degustar la oración en cada momento que se hace.

Con María recorremos las escenas del Rosario y se nos asemeja como un ir a la “escuela” para leer a Cristo, para penetrar sus secretos, para entender su mensaje. En el Rosario comprendemos a Cristo desde María y nos configuramos a Cristo con María. Poner nuestra vida en plenitud a la acción materna de la Virgen María, dejar que ella nos presente a su Hijo amado, siendo María, de todas las criaturas, la más cercana y agradable a Jesucristo.

De todas las devociones que podemos encontrar, la que más nos acerca y consagra a Jesucristo es la devoción a María, su Santísima Madre, y entre más pedimos su ayuda, más nos configuramos a su Hijo.

El Rosario, camino de asimilación del misterio

En un segundo capítulo, San Juan Pablo II, retoma lo descrito por el Papa Pablo VI, de que el Rosario, oración evangélica centrada en el misterio de la Encarnación redentora es, pues, una oración profundamente cristológica. Y para resaltar el carácter cristológico del Rosario, el Papa incorpora, dejando a la libre consideración de los individuos y de la comunidad, contemplar también los misterios de la vida pública de Cristo desde el Bautismo a la Pasión. Durante la vida pública es cuando el misterio de Cristo se manifiesta de manera especial como misterio de luz: “Mientras estoy en el mundo, Soy luz del mundo”, (Jn 9,5). Pasando de la infancia y de la vida de Nazaret a la vida pública de Jesús. La contemplación nos lleva a los misterios de la luz. En realidad, todo el Misterio de Cristo es luz porque Él es la luz del mundo (Jn 8,12).

El Papa, va describiendo en su capítulo dos, cómo esta oración milenaria, nos lleva a descubrir y contemplar a Cristo que es nuestra luz, nuestro gozo y cómo pasando por el dolor de la cruz nos lleva a la gloria del cielo. “De los muchos misterios de la vida de Cristo, el Rosario, tal como se ha consolidado en la práctica más común corroborada por la autoridad eclesial, sólo considera algunos. Dicha selección proviene del contexto original de esta oración, que se organizó teniendo en cuenta el número 150, que es el mismo de los Salmos.” (n.19). con esto queda claro que, al hablar del Santo Rosario, desde siempre se ha tenido la mirada fija en la Palabra de Dios, que es fuente de toda oración, una Palabra que es Cristo-céntrica, y por eso al contemplar cada misterio necesariamente ponemos la mirada en Jesucristo el Señor.

De los ‘misterios’ al ‘Misterio’: el camino de María 

Los misterios del Rosario, no abarcan completamente el contenido de la Palabra de Dios, pues son breves citas que nos motivan o llaman la atención sobre lo fundamental, nos preparan para llegar a un acercamiento y conocimiento más pleno de Cristo, por eso aquí encontramos son rasgos fundamentales de la vida de Jesús, pero la gran motivación que nos debe despertar es el acercamiento al texto bíblico. Por eso podemos hablar de un camino de María, ella nos va acercando cada vez más al Misterio del Verbo encarnado.

El Rosario promueve este ideal y nos ofrece el secreto, para luego abrirse más plenamente a un conocimiento profundo y serio de Cristo. Es al mismo tiempo el camino de una devoción mariana consciente de la inseparable relación que une a Cristo con su Santa Madre: los misterios de Cristo son también, en cierto sentido, los misterios de su Madre, incluso cuando Ella no está implicada directamente, por el hecho mismo de que Ella vive de Él y por Él. Haciendo nuestras en el Ave María las palabras del ángel Gabriel y de santa Isabel, nos sentimos impulsados a buscar siempre de nuevo en María, entre sus brazos y en su corazón, el «fruto bendito de su vientre» (cf. Lc 1, 42).

El Santo Rosario puede recitarse entero, y hay quienes así lo hacen de manera laudable, tomando uno de los misterios que se proponen para cada día.  De ese modo, el Rosario impregna de oración los días de muchos contemplativos, o sirve de compañía a enfermos y ancianos que tienen mucho tiempo disponible. Pero es obvio, y eso vale, con mayor razón, si se añade el nuevo ciclo de los misterios de luz, que muchos no podrán recitar más que una parte, según un determinado orden semanal. Esta distribución da a los días de la semana un cierto color espiritual, análogamente a lo que hace la liturgia con las diversas fases del año litúrgico.

En conclusión, el Santo Rosario es una cadena dulce que nos une a Dios, dice el Santo Padre, que nos da la paz en las dificultades y nos levanta o anima a seguir adelante cada día, es una oración orientada por su naturaleza hacia la paz, por el hecho mismo de que contempla a Cristo, Príncipe de la paz y «nuestra paz» (Ef 2, 14). Pero además es también desde siempre, una oración de la familia y por la familia. Pues en numerosos hogares cristianos todos los días se reúnen para rezarla y esto favorece la comunión; conviene no descuidar esta preciosa herencia. Se ha de volver a rezar en familia y a rogar por las familias, utilizando todavía esta forma de plegaria. Con lo anterior decimos que es un tesoro que hay que recuperar, redescubrir la belleza de la oración y principalmente del Santo Rosario, que en cada familia se contemple a Cristo por María.

Segundo Encuentro de los Obispos: «Caridad en la Frontera 2023»

Los Obispos de las jurisdicciones eclesiásticas ubicadas en las fronteras entre Colombia y Venezuela se reunieron el 19 y 20 de septiembre de 2023, en la ciudad de Cúcuta, con el objetivo de reflexionar y crear sinergias que favorecieran a las personas más vulnerables de la línea fronteriza de estos dos países.

Bajo el lema “Caridad en la frontera 2023”, el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y la Diócesis de Cúcuta, organizaron este encuentro en el que participaron los Obispos de las diócesis de frontera, organizaciones internacionales como Cáritas, la Red Eclesial Latinoamericana y Caribeña de Migración, Desplazamiento, Refugio y Trata de Personas (Red CLAMOR) y de la Comisión Católica Internacional para las Migraciones (ICMC); además, dos diócesis invitadas, la de Pasto y la de El Paso Texas que compartieron sus propias experiencias respecto a la migración.

Estos días iniciaron con celebraciones eucarísticas desde la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, de la Diócesis de Cúcuta. Los Obispos y laicos invitados para el encuentro compartieron la fe con los feligreses de esta comunidad parroquial. Mons. Jorge Alberto Ossa Soto, Arzobispo de Nueva Pamplona, presidió el primer día la Eucaristía, pidiendo al Señor que les iluminara el espacio de esos dos días para poder continuar con la obra de caridad que la Iglesia realiza en nombre de Jesucristo, con las personas vulnerables que migran permanentemente.

A su vez, Mons. Jorge Alberto, durante la homilía, hizo referencia al Mensaje para la 109 Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, afirmando que el trabajo por los migrantes hace parte de la caridad cristiana; que, así como lo afirmaba el Papa en el mensaje mencionado, “la migración debe ser una opción y no la única posibilidad, por lo que se debe tener el derecho de vivir en la propia patria en paz, y no verse obligados a salir”, además puntualizó que “permanentemente se deben ejercer las obras de caridad que están en el Evangelio”, y que “es la tarea de la Iglesia en todos los tiempos”.

En las horas de la tarde del encuentro fronterizo, se presentaron los mensajes de motivación y saludo de Mons. Anthony O. Ekpo, subsecretario del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral; de Mons. José Libardo Garcés Monsalve, Obispo de la Diócesis de Cúcuta; de Mons. Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá, Primado de Colombia y Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia; de Mons. Jesús Gonzáles de Zárate Salas, Arzobispo de Cumaná y Presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana; del secretario de la Nunciatura Apostólica en Venezuela, Mons. Ignazio Ceffalia; y del consejero de la Nunciatura Apostólica en Colombia, Mons. David Paul Charters.

Posteriormente, diez Obispos y los laicos, expusieron cada una de las realidades que se viven en las jurisdicciones eclesiásticas de los dos lados de la línea fronteriza en cuanto a la migración se refiere, y las crisis en diversos ámbitos que esto genera en la sociedad civil. En cada una de las intervenciones, se mostraron las iniciativas, la labor, la vocación y entrega de la Iglesia Católica, que fundamentada en el Evangelio, siempre busca, como ha dicho el Papa Francisco: “proteger, acoger, promover e integrar”, a los venezolanos que deciden migrar hacia otros países, para que en medio de las difíciles condiciones que experimentan, sientan el consuelo de Cristo, que se hace caminante y que a través de diversas acciones han sentido presente a la Iglesia en medio de sus travesías.

El segundo día inició con la Eucaristía presidida por monseñor Jesús González de Zárate Salas, Arzobispo de Cumaná y Presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana. Durante la celebración, monseñor de Zárate afirmó que “en medio de tantas palabras, tantos discursos que nos llegan de muchas partes, solo hay una palabra de vida, la Palabra del Señor”. Continuó diciendo el prelado que “todos los días el Señor nos permite contemplar las maravillas que él nos regala: el don de la vida, el don de la fe, la gracia de pertenecer a la Iglesia, y esa Iglesia es la que se ha vivido estos días como expresión de la gran familia que somos”; además dio “gracias a Dios por este trabajo organizativo entre los obispos de Colombia y Venezuela”.

Tras un trabajo arduo de dos días, la segunda jornada estuvo marcada por una serie de intervenciones puntuales que dieron a conocer experiencias y quedaron con muchas reflexiones que determinaron los compromisos que surgen a la luz de estos espacios, en donde la Iglesia desde su vocación fundamental a la caridad, seguirá con su mensaje de esperanza y con su labor en la atención de muchas de las realidades humanas que aquejan a los hermanos migrantes, para que sientan el consuelo de Jesucristo.

Un total de 32 personas participaron entre los que se encuentran: Mons. Alfredo Enrique Torres Rondón, Obispo de San Fernando de Apure; Mons. Jonny Eduardo Reyes Sequera, Vicariato Apostólico de Puerto Ayacucho; Brigitte Henn, Secretaria del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral; Mons. Mark Joseph Seitz, Obispo de la Diócesis de El paso (Texas); Janeth Márquez de Soler, Directora de Cáritas Venezuela; James Giovanny Morales Caicedo, director Pastoral Social Diócesis de Pasto; Mons. Nicolás Gregorio Nava Rojas, Obispo de Machiques; Mons. Pablo Modesto González Pérez, Obispo de Guasdualito; Alessandra Silvi, Coordinadora Regional para América del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral; Mons. Gustavo Rodríguez Vega, Presidente de Cáritas América Latina y el Caribe; Pbro. José Antonio Da Conceiçao Ferreira, Secretario General de la Conferencia Episcopal Venezolana; Pbro. Rafael Castillo Torres, Director Cáritas Colombia; Pbro. Jean Carlos Yepes Yepes, Delegado de Comunicaciones Diócesis de San Cristóbal; Mons. Israel Bravo Cortés, Obispo de Tibú; Pbro. Jesús Alberto Torres Ariza, Delegado del Obispo de Valledupar; Mons. Francisco Antonio Ceballos Escobar, Obispo de Riohacha; Mons. Álvaro Mon Pérez, Vicario Apostólico de Puerto Carreño; Mons. Joselito Carreño Quiñones, Vicario Apostólico de Inírida; Mons. Robert Joseph Vitillo, Secretario General ICMC Suiza; Cecilia Barja Chamas, Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral; Pbro. Jesús Erasmo Salinas Hernández, SNPS – Cáritas Colombiana; Mons. Jaime Cristóbal Abril González, Obispo de Arauca; Elvy José Monzant Arraga, Secretario General de la Red CLAMOR; Mons. Juan Alberto Ayala Ramírez, Obispo Auxiliar de San Cristóbal; Pbro. José Elver Rojas Herrera, Vicario Ecónomo Diócesis de Cúcuta; Pbro. Diego Eduardo Fonseca Pineda, Director de Comunicaciones de la Diócesis de Cúcuta; Pbro. Álvaro Gutierrez Buitrago y el Pbro. Javier Alexis Agudelo Avendaño.

Ver galería – Primer día.

Ver galería – Segundo día.

Tercer Momento Celebrativo en el Decanato San Francisco de Asís

El día viernes 8 de septiembre en las horas de la noche, lo párrocos y los animadores de la evangelización del decanato san francisco de Asís vivieron el tercer encuentro prekerigmático, que consiste en la entrega del Credo, la síntesis de lo que los cristianos creemos para alcanzar la salvación.

Estos encuentros preparan a los animadores de la evangelización para la salida misionera y hace parte de la formación en el PEIP (Proceso Evangelizador de la Iglesia Particular).

Ver galería.

Así se vivió la Semana por la Paz en la Diócesis de Cúcuta

Cada año, la Iglesia Particular de Cúcuta, a través de la Semana por la Paz, ofrece una serie de reflexiones que tiene como objetivo principal llevar a que los bautizados de esta Iglesia Particular descubran la importancia de reflexionar acerca de este don y, asimismo, por medio de distintas actividades pedagógicas puedan profundizar en la necesidad de contribuir desde la cotidianidad al perdón y la reconciliación. Este año, el lema fue “Él es nuestra paz” y pretendía, como objetivo principal: Generar conciencia y promover acciones que contribuyeran a la construcción de un mundo en busca del perdón y reconciliación. En este contexto, se llevaron a cabo espacios radiales, en la Emisora Vox Dei de la Diócesis de Cúcuta, y foros en universidades como: Simón Bolívar y Minuto de Dios; en los cuales se dejó como enseñanza la importancia de la paz, el perdón y la reconciliación, pero iniciando desde nosotros mismos, para buscar la cercanía con Dios quien es fuente de perdón. Al final de la semana, en honor al primer defensor de los Derechos Humanos en Colombia, san Pedro Claver, se concedió una estatuilla, como reconocimiento que se le hace a las comunidades religiosas que cuidan, aportan, expresan su caridad y apoyan el desarrollo integral de las personas de esta Iglesia Particular.

La corporación de Servicio Pastoral Social de la Diócesis de Cúcuta (Cospas), el pasado viernes 8 de septiembre desde el auditorio José Toloza de la Universidad Simón Bolívar, realizó la entrega del galardón que ya llega a su décima segunda versión. Las personas que recibieron este reconocimiento fueron: La Hermana Gladys Giraldo, fundadora del Hogar Santa Rosa de Lima, perteneciente a las Hermanas pequeñas Apóstoles de la Redención; y el presbítero Jairo Cárdenas Vega, Director de la comisión para la Animación Bíblica de la Pastoral.

Estas comunidades religiosas han brindado su apoyo a las personas excluidas y marginadas, por medio de sus acciones pastorales y procesos de evangelización, trabajando desde “el lenguaje del amor” como lo menciona la Hermana Gladys. La comunidad las Hermanas del Hogar Santa Rosa de Lima vela por los niños y niñas que son símbolo de esperanza en la sociedad y a su vez el padre Jairo Cárdenas, director de la Comisión para la Animación Bíblica de la Pastoral mencionó que se tenía un reto con la comunidad: “Tenemos un reto, poner la Palabra de Dios en las manos, mente y corazón de las personas, porque a veces se asiste a la Eucaristía, pero no se entiende el mensaje”.

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La Bibliatón llega a su novena versión

Con el deseo de dar a conocer públicamente la Sagrada Escritura y la necesidad de poder ahondar en el conocimiento del Libro Sagrado, la Animación Bíblica de la Pastoral de la Diócesis de Cúcuta desde hace varios años, ha dispuesto del espacio de la Bibliatón. Una iniciativa que reúne a los bautizados de esta Iglesia Particular de Cúcuta, para escuchar desde las 8 a.m. hasta las 4 p.m. la lectura continuada de la Palabra de Dios, en un lugar público, para llamar la atención de los transeúntes y motivarlos a: Formarse en la Palabra de Dios, para conocer el plan de salvación de Dios por la humanidad; o contribuir con la donación económica o del libro físico (para adquirir Biblias) y así quienes se desean formar en la Palabra y no tienen su Biblia, pueden continuar su crecimiento espiritual.

Este año se vivió este acontecimiento el pasado viernes 15 de septiembre, en el atrio de la Catedral San José frente al parque Santander de la ciudad de Cúcuta. Y forma parte de las acciones pastorales que se realizan durante el mes de la Biblia, para incentivar a muchas personas a que inicien la formación y profundización en la Palabra de Dios y así puedan convertirse en misioneros que llevan el mensaje de salvación a distintos lugares y como animadores bíblicos contribuyan a que más personas en distintos lugares de la Iglesia Particular de Cúcuta crezcan en el amor a la Sagrada Escritura.

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Encuentro de Monaguillos Vicaría San José

En el salón parroquial de San Antonio de Padua, el pasado sábado 26 de agosto se dio lugar al encuentro de monaguillos correspondiente a la Vicaría San José.

Se compartió desde la Pastoral Vocacional de la Diócesis de Cúcuta, junto con dinámicas y juegos, bajo el tema de la «santidad en la vida ordinaria». Se tomaron como ejemplo cuatro santos para iluminar este camino.

El encuentro permitió dar a los niños y jóvenes un espacio para comprender que ser monaguillo implica compromiso, disciplina y respeto hacia la iglesia y sus tradiciones. También se brindó la oportunidad de aprender sobre la fe, crecer espiritualmente y desarrollar habilidades de liderazgo y trabajo en equipo. Fue una experiencia enriquecedora que no solo contribuyó al servicio religioso, sino que también permitió a los jóvenes fortalecer su relación con Dios y su comunidad.

La invitación de la pastoral vocacional es a orar por todas las vocaciones, para que esa semilla que nace desde los niños pueda mostrar sus frutos en la vida sacerdotal y religiosa al servicio de la Iglesia. Y como lo mencionó en algún momento el Papa Benedicto XVI sobre la importancia de la labor de los monaguillos “Es una tarea importante, que os permite estar muy cerca del Señor y crecer en una amistad verdadera y profunda con él”.

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Medios de Vida Sostenible gradúa la séptima promoción

La mañana del sábado 19 de agosto, en las instalaciones de la Casa Pastoral Beato Luis Variara, ubicada en el barrio La Palmita de Villa del Rosario, se desarrolló la séptima graduación del proyecto Medios de Vida Sostenible que adelanta la Diócesis de Cúcuta desde hace varios meses, con el fin de ofrecer formación a colombianos retornados y venezolanos migrantes, en lo que tiene que ver con costura, patronaje, confección y manejo de máquina plana.

50 personas que estuvieron recibiendo esta instrucción durante tres meses, lograron recibir su diploma de manos de Monseñor José Libardo Garcés Monsalve, el presbítero Jhainer Said Urbina y los instructores que día a día les acompañan en las clases. Con mucho gozo, los graduandos agradecieron al Señor por esta oportunidad que se les brinda para ellos poder emprender y cumplir el sueño de poder realizar alguna labor tecnificada que les permita conseguir el sustento para sus familias.

Este proyecto que lleva más de 400 personas formadas es dirigido por la Iglesia Particular de Cúcuta y financiado con recursos de la fundación dedicada a ayudar las acciones de la Iglesia en América, Adveniat, quienes a través de los aportes económicos de los católicos alemanes hacen posible estos proyectos.

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