“¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Sl 116, 12

Foto: Centro de Comunicaciones de la Diócesis de Cúcuta

Haciendo mención de esta frase de los salmos, Monseñor Óscar Urbina Ortega, Arzobispo Emérito de Villavicencio expresa el agradecimiento al Señor por su 50° aniversario de ordenación sacerdotal: “Estas palabras describen los sentimientos que me acompañan esta mañana al dar gracias unido a todos ustedes” afirmó al inicio de la Sagrada Eucaristía. Desde las 10:00 a.m. en la Catedral San José se congregaron los presbíteros y fieles bautizados de esta Iglesia Particular para celebrar la acción de gracias al Señor por todo este tiempo en el que ha podido servir a través de este ministerio. Quien un día fue Obispo de esta Diócesis de Cúcuta, celebró un año más de aniversario sacerdotal, recordando a muchas personas, muchos acontecimientos que se dieron en 8 años de servicio en la fe y en esta zona de frontera.

El camino recorrido por monseñor Óscar, ha sido ejemplar, su vocación y dedicación inquebrantable han dejado una profunda huella en la vida de miles de fieles que han tenido el privilegio de ser guiados por su sabiduría y cariño. Monseñor óscar, recordó durante su homilía “tuve un encuentro personal con San Pablo VI en la parroquia de Santa Cecilia en Bogotá, estaba haciendo discernimiento vocacional después de haber dejado la comunidad de padres redentoristas” y continuó relatando este gran momento que marcó el inicio de su vocación “la mirada del nuevo Pedro, Pablo VI, me penetró y esa misma tarde le expresé al padre «siento que el Señor me llama a ser sacerdote»”.

Ha sido reconocido y admirado no solo por su liderazgo espiritual, sino también por ser el fundador de la Emisora Vox Dei. Su compromiso con la justicia social y su empeño por mejorar las condiciones de vida de los más desfavorecidos han sido una inspiración para toda la comunidad.

Todo su caminar estuvo guiado por el llamado que sintió del Señor, se esforzó por día a día descubrir su vocación como sacerdote y como obispo “cada vocación es única y cada uno debe encontrar su camino y el secreto es la libertad dócil, audaz y confiada como María al Espíritu Santo” mencionó el Arzobispo.

Concluyendo con la homilía, Monseñor Óscar Urbina le dijo a su comunidad que el Señor llama a servirle constantemente en cualquiera de los campos y expresó estar muy agradecido por la compañía de cada laico y de principalmente de su núcleo familiar, en ese momento afirmó: “el Señor me regaló una familia creyente, trabajadora en la que cada jueves santo en la parroquia de la Santísima Trinidad, presididos por papá Juan de Dios, que encendía un cirio delante del Altísimo y pedía un hijo sacerdote”. y con gran sentimiento recordó un momento de la vida de su difunto padre.

Monseñor, en este periodo de su vida, después de haber recibido su renuncia por edad, decidió residir en este Diócesis, en la que con la venia del Obispo titular: Monseñor José Libardo, contribuye en algunos frentes con la pastoral, y la vida espiritual de esta Iglesia Particular de Cúcuta.

Ver galería.

Fue inaugurada la segunda sede de la panadería y cafetería Las Delicias de ‘La Niña María’

Fotos: Centro de Comunicaciones de la Diócesis de Cúcuta

Con el firme propósito de continuar brindando apoyo a niños, niñas y madres en situación vulnerable de San José de Cúcuta, la Fundación Asilo Andresen inauguró el jueves 30 de noviembre, la segunda sede de la cafetería y panadería «Las Delicias de la Niña María». Después que esta Iglesia Particular de Cúcuta, afrontara el fenómeno de la migración, con las distintas obras de caridad, para asistir a estos hermanos nuestros, dio un segundo paso, que ha consistido en ofrecer formación a quienes llegan del vecino país y desean quedarse de forma legal en Colombia, a través de varios programas, entre ellos, los cursos de panadería, repostería y cocina que ofrece la Fundación Asilo Andresen, para que puedan emprender e iniciar sus propios negocios y conseguir sus sustento cotidiano. La materialización de este proyecto, se dio con la primera sede de la panadería, que ofrece los productos de los aprendices al público y que está ubicada en la calle 18 con avenida 3 del centro de la ciudad. Fue inaugurada el 2 de julio del año 2022.

La inauguración de la segunda sede de la Cafetería y Panadería «Las Delicias de la Niña María», ubicada en la calle 11 entre # 1 – 26 en el centro de la ciudad, se dio porque la acogida de los productos entre los cucuteños ha sido grandiosa, y también porque aumentaron los aprendices, por lo tanto, la producción, y se hacía necesario tener otro lugar para comercializar los productos. Además, porque en la segunda sede se empieza a ofrecer, como novedad, desayunos y almuerzos, para que quienes se forman en la Fundación puedan adquirir una vasta experiencia en cocina integral.

Todo este proceso, tiene una particularidad y es que desde que se abrió el primer local, el producido de cada día, se destinó para hacer la caridad; es decir, que se reinvierte en la misma Fundación, de manera que cada mes se pueda ampliar el cupo para el cuidado de los niños o de las personas que se deseen formar allí. Al abrir el segundo local, esta condición se mantiene, de manera que, con la ayuda de muchas personas, la caridad siga creciendo.

La bendición del segundo local, fue impartida por Monseñor José Libardo Garcés Monsalve, Obispo de la Diócesis de Cúcuta, quien en sus palabras a los asistentes mencionó que “si bien no podemos cambiar todos los problemas que vive la ciudad, esta Iglesia Particular aporta un granito de arena desde esta labor”. Además, agradeció el trabajo que ha realizado la Fundación Asilo Andresen, porque han brindado un espacio seguro y de gran acogida para los niños “muchas mamás se van a hacer un curso de 3 o 4 meses y no tienen quién les cuide a los niños y allí formamos a las mamás y los cuidamos” afirmó.

Asimismo, antes de cortar la cinta inaugural, dijo a todos los presentes: “no tenemos que compartir nuestra vida, la tenemos que entregar toda. Cada uno de nosotros no debe transformar el mundo, pero debemos entregar como aquel buen joven, nuestros 5 panes y 2 peces. Es decir, aquello que Dios nos ha dado”.

De otra parte, el director del Asilo Andresen, el padre José Elver Rojas Herrera, expresó agradecimientos “al Banco Diocesano de Alimentos, ellos hacen posible el alimento para cada uno de los niños; a los sacerdotes, que también contribuyen en esta causa, Dios les pague por tanta bondad” y también agradeció a la Familia Urbina, GIZ (agencia cooperación alemana), los estudiantes y profesoras del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), al equipo de trabajo Medios de Vida y a su coordinadora Martha; a Super Giros, Arte Impreso, Cafeterías Toffe, restaurantes del Grupo K, y a la floristería Motivos.; asimismo, a cada una de las personas que con su gran generosidad, ayudan esta obra de Dios en beneficio de las madres cabezas de hogar, migrantes y retornadas, y de los niños.

Ver galería.

Nuevos ministros en la Diócesis de Cúcuta

Foto: Centro de Comunicaciones de la Diócesis de Cúcuta

El pasado 25 de noviembre, en horas de la mañana se celebró en la Catedral San José de Cúcuta, la ordenación presbiteral de Rafael Darío Aparicio Rubio, y la ordenación diaconal de Fabio Enrique Durán Pinto. El primero, originario del municipio de Gramalote y que en entrevista con el Periódico La Verdad, compartía que “el sacerdote debe ser el hombre de la memoria, aquel que recuerda a hombres y mujeres de carne y hueso que sus vidas se fundan en una donación gratuita y que se vocación última es aprender también a ser don para los otros”. Y el segundo, que vio desde el testimonio de su familia al servicio de la pastoral parroquial, la semilla que le llevaría a consagrarse al Señor.

La Eucaristía fue presidida por Monseñor José Libardo Garcés Monsalve, Obispo de la Diócesis de Cúcuta y concelebrada por Monseñor Óscar Urbina Ortega, Arzobispo Emérito de Villavicencio, y en compañía del clero de la Diócesis, seminaristas, religiosos, religiosas, diáconos y fieles bautizados. El Obispo inició su homilía diciendo a los candidatos a las órdenes sagradas que “un ministro servidor del Señor y la comunidad tiene su puesto en la cruz, junto al crucificado y de allí nace su compromiso sacerdotal” y continuó afirmando que “para que todos aprendamos a vivir en la misión que el Señor nos ha dado a cada uno, es necesario que nosotros los consagrados nos pongamos del lado del más necesitado”.

Monseñor José Libardo también destacó la condición de caridad, servicio y entrega desinteresada que debe enmarcar cualquiera de los ministerios que se ejercen en la Iglesia Católica, como seguimiento de Jesús, “Que no vino a ser servido sino a servir”; y que “el buen pastor da la vida por las ovejas, es un servidor que no busca llenarse de cosas al costo del ministerio sacerdotal y le preocupa la vida del fiel de su comunidad que está perdido o alejado de Dios”.

Estos jóvenes son fruto de un largo proceso de formación en el Seminario Mayor San José Cúcuta, que por más de 37 años ha dado fruto abundante, formando a los pastores que la Iglesia de Jesucristo necesita para esta zona de frontera. Que la oración por las vocaciones y la ayuda generosa de todos los bautizados de esta Iglesia diocesana, sigan contribuyendo a tener más ministros al servicio del anuncio del Evangelio.

Ver galería.

A sus 71 años de edad, vivió la pascua eterna el padre Alberto Echeverri

Fotos: Centro de Comunicaciones de la Diócesis de Cúcuta

“En el sacerdocio tenemos la certeza de que somos elegidos por Dios Padre y enviados por la Iglesia a ser Cristo en medio de la comunidad”, estas palabras, fueron expresadas por el señor Obispo de la Diócesis de Cúcuta, Monseñor José Libardo Garcés Monsalve, durante su homilía, en las exequias del padre Alberto Echeverri Rodríguez, queriendo evidenciar la grandeza del sacerdocio, pero también cada una de sus misiones, a los bautizados de la Iglesia Particular de Cúcuta, que asistieron a la Catedral para despedir al padre Alberto. Continuó diciendo Monseñor que como una de las convicciones grandes que deben tener los presbíteros al desempeñar su servicio y entrega por la comunidad debe ser la predicación de la Palabra de Dios “el primer y más importante acto de caridad es llevar la Palabra de Dios en su ministerio sacerdotal, a través del Evangelio”, realidad que en el padre Echeverri, sus comunidades descubrieron al recibir sus predicaciones llenas de gran contenido y sabiduría.

El presbítero Alberto Echeverri, nació el 30 de julio de 1952 en Pácora, Caldas; fue fruto del hogar de José Echeverri Giraldo y Margarita Rodríguez Londoño quienes tuvieron 7 hijos más. Realizó sus estudios de primaria en la Escuela Marco Fidel Suarez, y la secundaria en la Unidad Educativa San Marcos, en Envigado. Sintió el llamado del Señor y se preparó para ello en el Seminario Cristo Sacerdote, de La Ceja, Antioquia, para dedicar su vida al anuncio del Evangelio, siendo ordenado el 1 de noviembre de 1979, pasando a formar parte de la asociación de sacerdotes “Regina Apostolorum”.

Arribó a tierras Norte santandereanas en el año de 1980, recibiendo del encargo de vicario parroquial hasta el año 1983. Después que se anunciara la disolución de la asociación de sacerdotes a la que pertenecía, decide quedarse en esta jurisdicción eclesiástica, incardinándose al clero de Cúcuta.

Ya radicado en esta zona del país y bajo la guía espiritual del Obispo diocesano, sirvió pastoral y espiritualmente como párroco en las comunidades de San Antonio de Padua en El Zulia (1985 – 1986); Catedral San José (vicario parroquial, 1987) y Nuestra Señora de la Candelaria (1988 – 1989). Posteriormente fue enviado a Roma a estudiar teología dogmática, en la Universidad Gregoriana, donde estuvo entre los años de 1989 a 1991, para que a su regreso sirviera en el Seminario Mayor Diocesano San José, misión que desempeñó en los años de 1991 a 1993 como formador interno.

Tiempo después fue llamado a servir como párroco en la comunidad de San Martín del municipio de Sardinata, entre los años de 1994 a 1998; luego fue párroco de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en el barrio El Contento de Cúcuta desde 1999 a 2005, y párroco de Nuestra Señora del Rosario en el municipio histórico, entre los años 2005 a 2013. Ese mismo año se traslada a pastorear la comunidad de San Juan Bautista en el barrio Guaimaral, y luego, la parroquia Inmaculado Corazón de María en el año 2020. Sus últimos días transcurrieron en la parroquia San Pío X, donde estuvo sirviendo como adscrito.

Durante su fructuoso ministerio, siempre asistió como formador externo al Seminario Mayor, dando las cátedras de teología dogmática a varias generaciones de sacerdotes de esta Iglesia Particular; además hizo parte del consejo presbiteral, del colegio de consultores, defensor del vínculo en el tribunal eclesiástico diocesano y asiduamente escribía para el Periódico La verdad, artículos de doctrina cristiana que eran muy bien recibidos por los lectores.

Este mes de noviembre, exactamente el día primero, cumplió 44 años de ministerio sacerdotal, en los que enseñó de manera clara la disciplina teológica; anunció con ímpetu el mensaje de salvación contenido en el Evangelio, trabajó pastoralmente en los procesos de evangelización de la Diócesis y desgastó su vida por acercar a las almas que le fueron confiadas al Señor.

Años atrás, había presentado, en varias ocasiones, algunas complicaciones cardiacas que le llevaron a ejercer gran cuidado en sus labores cotidianas; sin embargo, seguía entregando su fuerza y sabiduría desde el ministerio sacerdotal que el Señor le había participado. Hacia el presente mes, nuevamente tuvo que ser internado en la Clínica San José de la ciudad de Cúcuta, en la Unidad de Cuidados Intensivos, intubado para favorecer su recuperación, pero lamentablemente 15 días después fue llamado a la Casa del Padre, a sus 71 años de edad, a gozar de la visión beatifica de Dios, tema que enseñó durante muchos años en el Seminario Mayor de Cúcuta.

Sus exequias se celebraron en la Catedral San José, el día 22 de noviembre. Allí en la Eucaristía, presidida por Monseñor José Libardo Garcés Monsalve, concelebrada por monseñor Oscar Urbina Ortega, arzobispo emérito de Villavicencio, por el clero diocesano y con gran asistencia de los fieles que en vida le conocieron en sus distintos servicios pastorales, se pidió al Padre Misericordioso por el eterno descanso del padre Alberto. El Obispo de esta Iglesia Particular junto a los sacerdotes, seminaristas, diáconos, religiosos y fieles bautizados, también expresaron sus más sentidas condolencias a los familiares y amigos, pidiendo a Nuestro Señor Jesucristo por intercesión de la Santísima Virgen María y San José, que les fortalezca en estos momentos.

Se recordará al padre Alberto como un gran sacerdote que indudablemente aportó mucho a la Iglesia Particular de Cúcuta y a pesar del dolor por su partida, como lo afirmó monseñor José Libardo, “La muerte es historia de salvación, porque está unida al crucificado”.

Que el Señor, Dueño de la Vida, le conceda el descanso eterno a este servidor en Cristo Jesús, Alberto Echeverri Rodríguez, presbítero.

 (30 de julio de 1952 – 20 de noviembre de 2023)

Ver galería. 

Año 2024 «Él les preguntó: “Y ustedes, ¿Quién dicen que soy yo?” Pedro le contestó: “Tu eres el Cristo”» (Mc 8, 29)

El Pueblo de Dios de la Diócesis de Cúcuta, se propone profundizar, en el proceso de evangelización, una experiencia de encuentro con Jesucristo como primer paso, con el fin de acercarse a Él para establecer con Él y entre todos los bautizados y gente de buena voluntad, nuevas relaciones que permitan crecer en la conversión y la fe a través de experiencias y acciones significativas, articuladas y permanentes, estableciendo estructuras para tal fin.

Este encuentro con Cristo debe transformar nuestra vida: “Cuando Cristo se cruza en la vida de una persona, sacude su conciencia y lee en su corazón, como sucede con la samaritana, a la que dice “todo cuanto ha hecho” (cf. Jn4, 29). Sobre todo, suscita el arrepentimiento y el amor, como en el caso de Zaqueo, que da la mitad de sus bienes a los pobres y devuelve el cuádruplo de lo que había defraudado (cf. Lc 19, 8). Así acontece también a la pecadora arrepentida, a la que se le perdonan los pecados “porque ha amado mucho” (Lc7, 47) y a la adúltera, a la que no juzga sino exhorta a llevar una nueva vida alejada del pecado (cf. Jn 8, 11). El encuentro con Jesús es como una regeneración: Da origen a la nueva criatura, capaz de un verdadero culto, que consiste en adorar al Padre “en espíritu y en verdad” (Jn 4, 23-24)” (JP II aud. General 9 ago. 2000).

Meta 2024

Al finalizar el año 2024 la Diócesis de Cúcuta, ha realizado un proceso de misión permanente propiciando el encuentro con Jesucristo desde la Palabra, en la consolidación de cada una de sus estructuras pastorales, propias de este paso, a través de un anuncio kerigmático de iniciación cristiana y guiados por el proceso de evangelización de nuestra Iglesia Particular.

Diciembre: Tú eres el Cristo, ven no tardes tanto, Lc 2,11

Lc 2, 11: Hoy les ha nacido en el pueblo de David un salvador, que es el Mesías, el Señor.

La Navidad se presenta como un acontecimiento salvífico que fortalece la fe y el camino del creyente hacia una nueva conversión. Ven no tardes tanto es el deseo de una humanidad golpeada por las enemistades y las discordias que busca la construcción de un mundo nuevo, un nacimiento que nos da esperanza. Por tal motivo en el contexto de la Navidad en cada parroquia se fortalece la pastoral infantil a través del rostro del Niño de Belén.

Crecimiento pastoral: Pastoral Infantil.

Enero: Tú eres el Cristo, Danos nueva vida 2 Cor. 5,17

2 Cor 5, 17: Por tanto, el que está en Cristo, es una nueva creación; pasó lo viejo, todo es nuevo.

La Navidad termina con la fiesta del Bautismo del Señor, el comienzo de su vida pública, así todos los bautizados en la Diócesis de Cúcuta están llamados a tomar conciencia de su bautismo para fortalecer su espiritualidad cristiana a los pies del Maestro.

Crecimiento pastoral: Espiritualidad del plan pastoral.

Febrero: Tú eres el Cristo, Ilumínanos Señor Is 60,1

Is 60, 1: Levántate, Jerusalén, envuelta en resplandor, porque ha llegado tu luz y la gloria del Señor brilla sobre ti.

El comienzo de la acción pastoral en cada comunidad parroquial está marcada por la fiesta de la presentación del Señor; la inducción a los catequistas llevará a fortalecer en cada comunidad esta dimensión de la formación en la fe. Ilumínanos Señor es el clamor de Simeón por la Luz que es presentada a todas las naciones: Cristo el Señor.

Crecimiento pastoral: La pastoral de catequesis.

Marzo: Tú eres el Cristo, fortalece nuestra fe Mt 1,18-25

Mt 1, 24: Cuando José despertó, hizo lo que el ángel del Señor le había ordenado, y tomó a María por esposa.

El Tiempo de la Cuaresma es un camino de fe que suscita la conversión. El 2024 estará guiado desde la fe, a través de la experiencia del Patriarca San José, a quién la Providencia Divina lo llama a una misión concreta y el se levanta y hace todo cuanto el Señor le había mandado.

Crecimiento pastoral: Pastoral litúrgica.

Abril: Tú eres el Cristo, apaciéntanos Señor. Jn 21,17

Jn 21, 17: Por tercera vez le preguntó: Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Pedro, entristecido porque Jesús le preguntaba por tercera vez si le quería, le contestó: Señor, tú lo sabes todo: tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.

Dios sigue llamando obreros a su mies. Abril será el mes de profesar nuestra fe en Cristo con un corazón consagrado a Él, testimonio que ayudará a que el Señor envíe más obreros a su mies.

Crecimiento pastoral: Pastoral vocacional, pastoral de la vida consagrada pastoral sacerdotal.

Mayo: Tú eres el Cristo, Hágase tu Voluntad. Jn 2,1-12

Jn 2, 5: Hagan lo que él les diga.

Seguir los pasos de María nos llevará indudablemente a encontrarnos con su Hijo, ella siempre solícita a nuestras necesidades intercede por todos sus hijos que peregrinan en la Diócesis de Cúcuta y nos invita a hacer lo que Él nos manda. Es un mes lleno de celebraciones en torno a la ternura de la Madre y maestra. La pastoral educativa y del comercio encuentran en ella una inspiración a hacer siempre el bien.

Crecimiento pastoral: Pastoral educativa y del comercio.

Junio: Tú eres el Cristo, en ti confío. Sal 33,20-22

Sal 33, 20-22: Nosotros confiamos en el Señor; ¡él nos ayuda y nos protege! Nuestro corazón se alegra en el Señor; confiamos plenamente en su santo nombre. ¡Que tu amor, Señor, nos acompañe, ¡tal como esperamos de ti!

En torno al Sagrado Corazón, la Diócesis de Cúcuta hace su profesión de fe para vivir un espacio de reflexión y crecimiento en la fe desde el seno de las familias, allí se tejen las más íntimas relaciones capaces de transformar el mundo.

Crecimiento pastoral: Pastoral familiar y pastoral del adulto mayor.

Julio: Tú eres el Cristo, enséñanos a servir 1 Pd 4,10

1 Tm 4, 12: Que cada uno ponga al servicio de los demás el carisma que ha recibido, y de este modo serán buenos administradores de los diversos dones de Dios.

El servicio es una manifestación de amor, durante el mes de julio, la Diócesis de Cúcuta, en este camino de conversión personal y comunitario está llamada a dar una mirada a los jóvenes y a los adultos mayores, cerrando con la fe la esperanza y la caridad la brecha generacional y construyendo relaciones que nos orienten en nuestro caminar.

Crecimiento pastoral: Pastoral juvenil y pastoral universitaria.

Agosto: Tú eres el Cristo, Condúcenos al Padre Jn 14, 8-13

Jn 14, 8-9: Felipe le dijo entonces: Señor, déjanos ver al Padre y con eso nos basta. Jesús le contestó: Felipe, ¿tanto tiempo hace que estoy con ustedes y todavía no me conoces? El que me ve a mí ve al Padre: ¿por qué me pides que les deje ver al Padre?

La celebración de los 68 años de nuestra Iglesia diocesana nos hará unirnos a una sola voz, clamando al Señor: Condúcenos al Padre. La fiesta diocesana en este proceso de evangelización es una ocasión oportuna para afianzar y estrechar los lazos de fraternidad en todos los bautizados de nuestra Iglesia Particular. La expresión: Tú eres el Cristo, en este contexto celebrativo, nos debe animar en el proceso de evangelización para continuar fortaleciendo la experiencia comunitaria del plan pastoral.

Crecimiento pastoral: Pastoral de multitudes.

Septiembre: Tú eres el Cristo, con tu Palabra danos la paz Flp 4,4-7

Flp 4,7: Así Dios les dará su paz, que es más grande que todo cuanto el hombre puede comprender; y esa paz guardará sus corazones y sus pensamientos, porque están unidos a Cristo Jesús.

Las realidades de nuestra Iglesia particular nos animan a generar estrategias de evangelización que respondan a contextos concretos. En septiembre la Iglesia diocesana, vive su profesión de fe en el marco de la Semana por la Paz, además que anima y consuela a través de la escucha atenta de la Palabra de Dios en una nueva realidad diocesana. La Semana del Migrante. Estas realidades que se ven iluminadas por la profesión de fe de un pueblo que camina hacia su liberación.

Crecimiento pastoral: Pastoral social parroquial, pastoral de la movilidad humana y pastoral bíblica.

Octubre: Tu eres el Cristo, envíanos Señor Mt 28,19-20

Vayan, pues, y hagan mis discípulos a todos los habitantes del mundo; bautícenlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y enséñenles a cumplir todo lo que les he mandado. Y sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.

El mes del Santo Rosario, es el mes de las misiones, el mes que celebramos a la Iglesia misionera del amor misericordioso del Padre en todos los ámbitos de nuestra acción pastoral. Un camino de madurez en la fe, pasa por la disponibilidad de contar a otros lo que se ha visto y oído, experiencia que marca el mes de octubre desde el corazón de los niños de la infancia misionera hasta el corazón de todos los bautizados en pro de la instauración del Reino de Dios en medio del mundo.

Crecimiento pastoral: Pastoral de la animación misionera y obras Misionales Pontificias.

Noviembre: Tú eres el Cristo, Venga tu Reino Mt 6,9-15

Mt 6, 9-13: Ustedes deben orar así: “Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra, así como se hace en el cielo. Danos hoy el pan que necesitamos. Perdónanos nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a quienes nos han ofendido. Y no nos expongas a la tentación, sino líbranos del maligno.”

Tu eres el Cristo, concluye con una nueva proclamación en el corazón del creyente de la soberanía de Dios. Celebrar la solemnidad de Cristo Rey en el final del año pastoral lleva a que reflexionemos, sobre la necesidad como Iglesia diocesana de vivificar el mundo con el testimonio de una vida cristiana que transforme la sociedad.

Crecimiento pastoral: La Vicaría de Pastoral y todas las estructuras diocesanas y parroquiales que animan la evangelización.

Católico vive tu fe

Por: Pbro. Jesús Alonso Rodríguez Veloza, Vicario parroquial de San Antonio de Padua y colaborador del CCDC

La Iglesia Católica es madre y maestra de la Fe

Lo primero que debemos afirmar, es que la Iglesia Católica profesa la fe en un Dios que es Padre y creador de todo, principio y fin de todas las cosas. Es la primera Persona divina de la Santísima Trinidad; como nos lo describe el Credo, símbolo de nuestra fe. En segundo lugar, la fe en Jesucristo Nuestro Señor, como el Hijo único del Padre, que se encarnó de María la Virgen y se hizo hombre por nuestra salvación., es nuestro Salvador. Y en el Espíritu Santo que es la tercera persona de la Santísima Trinidad, el Espíritu de la promesa (Ga 3, 14; Ef 1, 13).  O como nos lo afirma el credo de Nicea: “Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas”.  Es el Espíritu Santo quien va guiando la Iglesia y a su vez la va santificando en la medida en que dócil a acción de Dios.

Como vemos esta fe trinitaria es la que como católicos estamos llamados a asumir, una fe sólida en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, como base y fundamento de nuestro creer cristiano. Es el Misterio de Dios en sí mismo. Es, pues, la fuente de todos los otros misterios; es la luz que los ilumina. Es la enseñanza más fundamental y esencial en la jerarquía de las verdades de fe. Además, nuestra fe se fundamenta en las enseñanzas de la Palabra de Dios, una Palabra que es viva y eficaz y que estamos llamados a alimentarnos todos los días de ella, orar con la Biblia, alimentarnos cada día de su fuerza y al mismo tiempo, al recibir sus enseñanzas y hacerlas vida, poder progresar en el camino que nos lleva a la santidad.

En la Iglesia están algunas devociones, como lo es a la Virgen María y a los Santos, pues en ellas encontramos un camino para llegar a Jesús, pero Jesús es la única vía, de entrada, al Reino de los cielos; Él como la única puerta que nos da el acceso a la vida eterna. En ese camino de santidad, el católico asume a plenitud las enseñanzas y mandatos de la Iglesia. Como son los siete Sacramentos; en primer lugar, los de Iniciación cristiana que son tres: Bautismo, como puerta de entrada a la vida de la fe, sin el bautismo no hay un camino de fe en la Iglesia. La primera comunión o Eucaristía, como la participación anticipada del Banquete Celestial, unión íntima con Jesús, quien la instituyó en la última cena. Alimento de vida eterna.  La Confirmación que es la efusión plena del Espíritu Santo, es la aceptación consciente de la fe y se convierte el católico en soldado de Cristo, guiado por el Espíritu Santo; seguidamente encontramos dos Sacramentos de sanación que es por una parte la Penitencia o Confesión, el medio a través del cual busco la reconciliación plena con Dios y experimento su perdón y su paz; y por otra en el sacramento de la Santa Unción de los enfermos, en el que, se encuentra un consuelo en el dolor y una paz en el alma al ser también por medio de este sacramento perdonados por Dios. Y por último dos Sacramentos de servicio como son el Orden Sacerdotal y el Matrimonio, son maneras de servir en fidelidad al Señor y que estamos llamados a asumir con mucha seriedad hasta encontrar en ellos una configuración plena con Cristo Servidor.

Por otra parte, la Santa Madre Iglesia Católica tiene unos mandamientos que no han pasado de moda y que estamos llamados a asumir cada día. Son cinco y en primer lugar encontramos: Oír Misa entera todos los domingos y fiestas de guardar; segundo: Confesar los pecados mortales al menos una vez al año, en peligro de muerte, o si se ha de comulgar. Tercero: Comulgar al menos por Pascua de Resurrección. Cuarto: Ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Santa Madre Iglesia. Y el quinto: Ayudar a la Iglesia en sus necesidades.

Los Mandamientos de la Santa Madre Iglesia son las principales obligaciones de un católico respecto de su vida de sacramentos y la estructura eclesial. En un sentido amplio, se puede entender por mandamientos a todas las leyes eclesiásticas; pero en un sentido más estricto y teológico se consideran mandamientos de la Iglesia, aquellos preceptos que obligan a todos los fieles católicos y que fueron dados para mejorar y guardar los divinos. Estos mandamientos no han pasado de moda y son de obligatorio cumplimiento, si de verdad vivo la fe plena dentro de la Iglesia.

Una fe auténtica

Muchos se hacen llamar cristianos católicos, pero no se esfuerzan por vivir a plenitud las verdades de fe, es necesario hacer un llamado a despertar en la fe, que se asuma con seriedad este caminar que nos debe llevar a la configuración plena con Jesucristo nuestro Salvador.

Pero además estamos llamados a caminar juntos, en unidad total con el Santo Padre el Papa Francisco, con nuestro Obispo y cada uno de los sacerdotes que acompañan las distintas comunidades parroquiales, evitando parcializar la fe, aceptando verdades a medias y construyendo caminos personales que inclusive van en desobediencia a lo estipulado por la autoridad de la Iglesia. Hay una corriente de personas, mal intencionadas o mal informadas, que se hacen llamar católicos, pero que no están en comunión ni con el Papa Francisco, ni con el Obispo o inclusive no están en comunión con el párroco; este es un llamado a vivir la espiritualidad de comunión, una Iglesia comunión, participación y misión.  Es el querer del mismo Jesús cuando ora pidiendo esa unidad. “Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.” (Jn 17,21).  Es el deseo del mismo Señor Jesús y que como cristiano católico se está llamado a poner en práctica.

En conclusión, esta Iglesia que es madre y maestra nos hace hermanos en Jesús, nos invita a vivir en comunidad como miembros de una misma familia, pueblo de Dios.   Pero no olvidemos que es también maestra y eso significa que enseña, orienta en un caminar concreto de la fe, y que como sus hijos estamos llamados a ser obedientes y asumir con docilidad sus mandamientos y a ponerlos en práctica, no de una forma parcializada, sino en su totalidad.

Asamblea diocesana 2023: “Y ustedes, ¿Quién dicen que soy yo” Pedro contestó: “Tú eres el cristo”. Mc 8,29

Desde el pasado viernes 10 de noviembre, se dio inicio a la Asamblea diocesana 2023, contando con la participación de 50 misioneros por parroquia, quienes desde los distintos decanatos de las vicarías de esta Iglesia Particular, participaron de las ejercitaciones comunitarias y de distintas actividades organizadas para preparar esta jornada pastoral.

El sábado 11 de noviembre se dio ingreso desde las 6:45 a.m. a los misioneros y animadores de la evangelización de las vicarías de San Luis, San José, San Rafael y San Pío X, que junto a sacerdotes, religiosos, seminaristas y movimientos apostólicos, atendieron la cita en el coliseo ‘Toto’ Hernández para la Asamblea Diocesana.

Fotos: Centro de Comunicaciones de la Diócesis de Cúcuta

Este momento pastoral, se llevó a cabo de 7:00 a.m. a 12:00 p.m. iniciando con alabanzas al Señor que dirigió la agrupación musical del padre Álvaro Gutiérrez; seguidamente, la oración que realizó el Seminario Mayor Diocesano San José, y la intervención de Monseñor José Libardo Garcés Monsalve, quien expresó en sus palabras de apertura que “vamos a vivir este día con la apertura a la gracia de Dios, dejándonos iluminar por el Espíritu Santo”. Continuando con el desarrollo de esta jornada, el señor obispo intervino nuevamente reflexionando sobre: La acción misionera, acción pastoral y la acción catequética, las cuales “deben ser el centro de toda acción pastoral”.

Fotos: Centro de Comunicaciones de la Diócesis de Cúcuta

Más de 5.000 personas se congregaron en este lugar para conocer lo que será el año pastoral 2024, en el evento organizado por la Vicaría de Pastoral, a cargo del presbítero Daniel Alejandro Bolívar Castaño, mostrando el objetivo del próximo año que consistirá en dinamizar la acción pastoral de la Iglesia “porque ninguno está por encima del otro” puntualizó el Vicario pastoral. Para cumplir con este objetivo se evidenció que la pastoral se realizará desde los cuatro centro de pastoral del PEIP (Proceso Evangelizador de la Iglesia Particular): El primero, ‘Llamado para la fe y la evangelización’, en donde se fortalecerá la fe y la misión; el segundo, para el estado de vida de los cristianos´ y hace referencia a la edad o su estado de vida de los creyentes. Como tercer grupo está ‘Para la comunión y participación’ el cual busca que las personas puedan vivir los ideales de la vida cristiana en comunión; y, por último, ‘Para las relaciones de la Iglesia y la evangelización de lo social’ en donde se interviene desde lo social como Iglesia.

Además de la presentación del año pastoral 2024, se entregaron las cartas de aceptación de los futuros seminaristas que desde un acto de fe y como resultado del proceso de la pastoral vocacional, iniciarán su configuración con Jesucristo para un futuro ministerio sacerdotal.

Ya en la última parte de la jornada, se presentaron cada uno de los 12 lemas del año, que tenían como signo centra a Cristo Crucificado presidiendo cada actividad pastoral y diocesana; por eso se entregaron los crucifijos a los decanos de la Iglesia Particular de Cúcuta, para que sean llevados en cada visita pastoral que realice Monseñor José Libardo a las parroquias de esta jurisdicción eclesiástica.

Como invitado a esta jornada también estuvo monseñor Jorge Alberto Ossa Soto, Arzobispo de Nueva Pamplona y metropolitano de esta provincia eclesiástica, quien aprovechó para invitar a la misión permanente en la Iglesia diocesana y con ese ardor misionero e impulso, anunciar a Jesucristo. Culminada esta intervención, se impartió la bendición y se despidieron a los asistentes.

Ver galería.

Así se vivió el aniversario de los medios diocesanos 2023

En el mes de octubre, el Cen­tro de Comunicaciones de la Diócesis de Cúcuta celebró el aniversario de los medios dio­cesanos: Periódico la Verdad, la Emisora Vox Dei y la productora audiovisual Vox Dei CTV. Cada martes del mes se compartió junto a los amigos y oyentes de la Emisora Vox Dei, el rezo del Santo Rosario, buscando un espacio para meditar los misterios de Cristo. Así mismo, se reunieron los miércoles en dife­rentes parroquias de la ciudad para realizar charlas de salud con dife­rentes invitados especialistas en el tema, siempre buscando un refugio desde la fe; para finalizar la sema­na, se realizaba un cine foro en los auditorios parroquiales con el fin de que los asistentes disfrutaran de Guadalupe una película cargada de misterios e investigación por parte de dos científicos hacia el lienzo de la Virgen de Guadalupe.

En el marco del aniversario 2023 se compartieron dos eventos im­portantes: El primero fue la vigilia de oración, el pasado 14 de octubre desde las 8:00 p.m., hasta las 5:30 a.m., donde se llevaron a cabo mo­mentos de oración, adoración, ala­banza, y reflexiones, que estuvieron dirigidos por: Monseñor Oscar Ur­bina Ortega, fundador de la Emi­sora Vox Dei, hablando acerca del camino recorrido, por cada etapa que hemos vivido; a su vez, Fray William Bustamante OCD meditó con los fieles y les invitó a conti­nuar el camino juntos, guiados por la Palabra de Dios e Iluminados por el Espíritu Santo. También se compartió un espacio para escu­char las intenciones de los amigos y oyentes de la Emisora Vox Dei, lectores y suscriptores del Periódi­co La Verdad, y seguidores de las redes sociales que asistieron a la vi­gila. En el transcurso de la noche se desarrollaron espacios de alabanza y oración a cargo de: los presbíte­ros Leonardo Mendoza y Álvaro Gutiérrez; igualmente, nos acompañaron agrupaciones musicales: Oscar Mora y su ministerio musi­cal, y los encargados de animar el espacio antes y durante la coronilla de la misericordia Néstor Omaña y Frank Ureña.

La vigilia concluyó con la Sagrada Eucaristía, presidida por el Obispo de esta Iglesia Particular, Monse­ñor José Libardo Garcés Monsalve, quien en su homilía invitaba a par­ticipar en el banquete del Señor con excelencia, en una fiesta preparada por él.

Por último, el pasado 21 de octubre, se llevó a cabo la gran fiesta del ani­versario de los medios de comuni­cación diocesanos desde el Coliseo del Colegio Municipal María Con­cepción Loperena, de 2:00 a 7:00 p.m., iniciando con la coronilla de la misericordia y posteriormente la Santa Misa, presidida por el Obispo de la Diócesis de Cúcuta. Mencionó Monseñor José Libardo en la homi­lía, que el objetivo de los medios de comunicación diocesanos, es: “Llevar la palabra de Jesucristo a todos los hogares”. También agra­deció y recalcó la importancia de la generosidad que Dios pone en los corazones de los amigos, oyen­tes de la emisora y suscriptores del periódico porque: “Invertimos en mejorar cada día estos instrumen­tos de Dios… y muchos de ustedes en medio de la cruz de cada día, de las dificultades y los conflictos que puedan tener, gracias a nuestros programas en la Emisora, redes sociales y con el Periódico reciben una palabra de aliento, para des­cansar en el Señor”. Puntualizó.

Seguidamente se presentó la agru­pación musical “Carranga y son” y en medio de baile y alegría de poder celebrar un aniversario más, se rea­lizaron diferentes bingos que per­mitieron premiar la fidelidad y el compromiso de los amigos, oyentes de la Emisora Vox Dei y suscripto­res del Periódico La Verdad.

Los privados de la libertad recibieron la caridad de Cristo

Durante todo el mes de septiem­bre la Diócesis de Cúcuta rea­lizó la campaña en favor de las personas que se encuentran recluidas en los centros penitenciarios y carce­larios de la ciudad, que consistía en la donación de útiles de aseo para su higiene corporal como: Crema den­tal, cepillo de dientes, jabón de baño, jabón para lavar ropa, toallas higié­nicas, máquinas de afeitar y pañales para adultos. A través de la Pastoral de Justicia y Libertad y la Fundación Banco Diocesano de Alimentos, se realizó esta obra evangelizadora, en el marco de la celebración de la Nuestra Señora de las Mercedes.

La primera entrega que se realizó, la llevó el Banco Diocesano de Alimen­tos, que junto a la ayuda brindada por GIZ, entregaron 350 kits a las mujeres recluidas en esta institución y que son acompañadas pastoral y espiritual­mente por el presbítero Luis Enrique Sequeda Marín.

La segunda entrega, se realizó con lo recolectado gracias a la generosidad de los fieles bautizados de esta Iglesia Particular que los llevaron a sus pa­rroquias, para posteriormente armar los kits de aseo que se llevaron a los hombres del centro penitenciario, que acompaña el presbítero Rhonald Sttyd Suárez Carrillo, y quien es el delega­do de la comisión diocesana de pasto­ral de justicia y libertad.

Monseñor José Libardo Garcés Mon­salve, Obispo de la Diócesis de Cúcu­ta, presenció este ejercicio de caridad y en la celebración de la Eucaristía que presidió, agradeció la generosi­dad de los fieles, que manifiesta la fe, la caridad y la atención que esta Igle­sia Particular tiene por todos los her­manos en situación de vulnerabilidad.

Gracias a estas obras se da a conocer que el Señor nos ve a todos con los mismos ojos de amor y no nos juzga, es por ello, que el acompañamiento que realiza la Iglesia Católica, a esta población, es muy importante, porque desde cada parroquia y cada bautiza­do se contribuye y se cumple con el mandato del Evangelio de ejercer la caridad con los privados de la libertad.

Sed santos porque yo soy santo

¿Quiénes eran los santos en los orígenes de la Iglesia?

En el Antiguo Testamento, se ha­bla del hombre justo y de la mu­jer virtuosa, términos que nos indican la fidelidad a un proyecto, a una causa, a Dios y a sus mandatos. De estos conceptos proviene también la palabra santo que, en los inicios de la Iglesia, se usaba para referirse a los seguidores del Señor, cuya vida de conversos correspondía al proyecto de Jesucristo, y por tanto las primeras comunidades cristianas en las culturas latinas hicieron referencia de los fieles como “santos”, como personas “con­sagradas”, a la causa del Señor.

Al morir estos hombres y mujeres vir­tuosos, eran recordados por los her­manos en la fe, el ejemplo de su vida quedaba impreso en la comunidad de los creyentes como una huella, un re­cuerdo un legado moral y espiritual, que se transmitía suscitando admira­ción y devoción.

Actualmente, ¿cómo se lleva este proceso en la Iglesia?

El camino para el reconocimiento de un Santo conlleva algunos pasos que son como el proceso que se lleva para alcanzar de Dios la confirmación de que una persona no solo ha caminado en la presencia de Dios, sino que le ha hecho presente en esta vida y su re­cuerdo continúa hablándonos de Dios y de sus obras. Por ello cada paso para la proclamación de un santo, requiere una ardua investigación y una sólida y sincera devoción de parte de los fieles. Una vez se solicita la proclamación de un santo, se inicia un proceso canóni­co, que requiere contar con:

  • Fama de santidad: Aún después de su muerte es recordado, admirado y reconocido por su fidelidad a Dios y a su proyecto, a través de hechos con­cretos: Una vida ejemplar, una con­versión estable y permanente o un tes­timonio de fe en el caso del martirio.
  • Fama de signos y favores: Se co­noce y difunde las gracias y favores que se alcanzan de Dios por interme­dio de aquella persona recordada y ve­nerada por los fieles, se visita su tum­ba, se conserva y venera su imagen, se ora al Señor invocando la intercesión de aquel santo y se le suplica al Señor que mediante la gracia o milagro so­licitado, nos muestre su beneplácito.
  • Importancia que esta persona puede tener en la comunidad ecle­sial: El recuerdo de la vida y de las obras de esta persona, tiene un influ­jo entre los creyentes y una gran im­portancia por el aporte teológico que representa en sí mismo, dado que la historia misma de los santos, son la interpretación viva de la Palabra, la encarnación del proyecto de Jesucris­to en el acontecer de la historia.

Una vez verificados estos requisitos, podemos hablar de los pasos que se van dando en el camino a los altares:

  1. Siervos de Dios: Todos somos sier­vos, servidores de Dios y de los hom­bres. Pero se da este título a aquellos hermanos de quienes se ha iniciado un proceso de canonización en miras a la proclamación oficial de la Santidad.
  1. Venerables: Luego de un atento estudio de las virtudes del santo, de conocer los testimonios de quienes le conocieron, de leer sus escritos, de analizar la importancia o influjo de su vida entre los creyentes; un tribunal eclesiástico realiza un juicio atento a la heroicidad de las virtudes prac­ticadas por el santo durante su vida terrena y lo proclama Venerable, es decir digno de veneración, de recono­cimiento, de admiración.
  1. Beatos: Es decir bendecido por Dios, que contempla su beatitud, y re­ciben re­ciben la admiración y devoción de los fieles que han solicitado a Dios con­firmar esta vida de santidad, alcanzan­do algún milagro reconocido por la Iglesia, a través de un juicio sobre los testimonios y pruebas científicas que corroboran el milagro obtenido; por lo que esta persona adquiere una im­portancia digna de recibir el reconoci­miento y el culto público.
  1. Santos: Se requiere de otro milagro diferente al de la beatificación, para proclamar a un nuevo santo. Estos mi­lagros se alcanzan a través de la ora­ción, la veneración y la súplica cons­tante y confiada en la acción de Dios que certifica, mediante el milagro su deseo de que esta persona sea recono­cida y propuesta a la Iglesia como un modelo de fe, esperanza y caridad.

Algunas preguntas sobre la santidad hoy:

¿Por qué la devoción a los santos? La devoción a los santos no es otra cosa que el reconocimiento de la cer­canía de Dios que obra a través de sus criaturas. No adoramos a los santos, nuestra adoración es únicamente a Dios. En los santos reconocemos su Rostro y son una invitación, una mo­tivación a caminar en fidelidad a su proyecto.

¿Los santos hacen milagros? Los Santos no hacen milagros, es Dios quien realiza el milagro, para mos­trarnos su complacencia frente a esa persona cuyo recuerdo nos habla de Dios y lo hace presente entre noso­tros, motivándonos a vivir la fe desde el proyecto al cual Dios llama a cada persona en la realidad y circunstancia de su propia historia.

¿Actualmente, pueden haber nue­vos santos? En realidad, caminamos entre santos. Los Santos de al lado, los llama el Papa Francisco. Tú y yo, podemos ser santos, es el mandato del Señor: Sed Santos, porque Yo soy Santo. Sed Santos como vuestro Padre Celestial, es santo La Iglesia es esencialmente Santa, porque Jesu­cristo mismo, su fundador es Santo. Por eso reconoce en sus hijos la San­tidad de Dios, todos nosotros, somos parte del Cuerpo místico de Cristo y, por tanto, partícipes de su santidad.

Propongámonos una tarea:

  1. ¿Qué Santos han dejado su huella en nuestra región? ¿Qué sabemos de ellos? ¿Qué lugares de devoción exis­ten y qué Gracias recibimos de Dios al visitarlos?
  1. ¿Qué Santos caminan a nuestro lado? ¿Reconocemos en ellos la pre­sencia amorosa de Dios y su ejemplo nos invita a la fidelidad, la oración, el amor y la fe en el Señor?

Proclamemos con el Beato Luis Va­riara: “Quiero ser santo a cualquier Precio”

Supliquemos por su intercesión las gracias y milagros que permitan a la Iglesia su pronta Canonización:

Dios bueno y misericordioso que en la persona adorable de nuestro Señor Jesucristo, Sacerdote, Altar y Víctima, has manifestado al mundo la ternura y misericordia para con los pobres y enfermos, con confianza filial te suplicamos nos concedas la gracia de la canonización del Beato Luis Variara, para que podamos imitar la heroica firmeza de su fe y la caridad solícita que nos enseñó con el testimonio de su vida, a fin de que iluminados por la luz de la verdad, sepamos manifestar la dulzura y pureza de su amor en el servicio a nuestros hermanos as necesitados.

Concédenos por su intercesión la gracia que te pedimos (se hace la petición).

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.