No perdemos un sacerdote, ganamos un hermano en la viña del Señor: Monseñor Víctor Ochoa

Foto: Centro de Comunicaciones Diócesis de Cúcuta

Hoy viernes se cumplieron las exequias del padre Ángel Ramón Clavijo; a Cúcuta llegaron sus despojos mortales, después de fallecer en la ciudad de Bucaramanga.

Con la presencia de su familia, sacerdotes, diáconos, seminaristas, comunidades eclesiales y fieles laicos, en la parroquia Nuestra Señora de La Candelaria, iglesia que él fundó en el año de 1952, fue velado y allí mismo, en las horas de la tarde, se dieron las honras fúnebres, con una Eucaristía presidida por el Obispo de Cúcuta, Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid.

Al inicio de su homilía, Monseñor Víctor recordó que se avecina el día Santo de Pentecostés y que la Palabra Divina muestra la intimidad del Señor de la Gloria, y, en este contexto, se despide al padre Ángel. “Con profunda fe en el Señor Resucitado ponemos en Dios su vida, su tarea, su esfuerzo pastoral; una vida cargada de años por gracia de Dios”.  Exclamó Monseñor.

También hizo alusión al Evangelio de san Juan, que relata cómo Jesús toca a la puerta de cada vida y cómo lo hizo en las orillas del mar de Galileo con el apóstol Pedro, explica Monseñor: “Cuando Jesús entabla un diálogo bello con Pedro apóstol, también se dirige a nosotros.  Cuando le hace tres grandes preguntas: ¿Pedro, me amas?, ¿Pedro, me amas más que estos?, ¿Pedro me quieres?, Podríamos decir que son como 3 grandes campanadas.  Tres veces afirma pedro su fidelidad, amor, la seguridad de su seguimiento a Cristo Jesús”.

El Obispo presenta este Evangelio para presentar el rito de las exequias del padre Ángel Ramón, porque dice que sirve para entender cómo el corazón de Cristo dirige a los presbíteros, cómo dirigió al padre en “el tesoro de sus 102 años vida”.

Agradeció el trabajo del padre Clavijo, el cual destacó que cumplió con generosidad y empeño.

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